Cuitláhuac Pérez Cerros es un hombre que salió del ejido “Las Hormigas” de Rincón de Romos hace 32 años, sin saber que sería capaz de emprender y que conquistaría el sector automotriz.
Es el creador del Cluster de Empresas Proveedoras de la Industria Automotriz en Aguascalientes y ha logrado impulsarlo aún sin el apoyo gubernamental. Está próximo a lanzar un coche biplaza eléctrico que podría salir al mercado en 2020.
Ingeniero, es usted muy entusiasta, ¿eso le distingue?
No sé si esa sea mi característica principal, pero lo que sí sé es que desde que era niño me gustaba ser diferente, y en un ranchito como en el que pasé toda mi infancia llena de carencias, no me quedaba de otra más que transformar lo que tenía a mi alcance. Siendo niño, creo que desde los 6 años, el 90% de mis juguetes yo los hice, a falta de dinero mi papá nos regalaba herramientas, entonces yo construía carros, camionetas, camiones, grúas, todo era de desechos de vidrio, de madera, de metal, plásticos y cartón. Llegué a hacer carros en los que yo me subía y ahora estoy construyendo un prototipo de coche eléctrico.
¿Era el niño raro del pueblo y de la escuela?
¡Sí! de hecho, precisamente porque mis papás no tuvieron para los regalos de Navidad, es que desde muy pequeño yo me cuestioné si existía alguna figura capaz de dar la vuelta al mundo sólo para entregar regalos en una sola noche. Yo nunca creí que existiera el Niño Dios o Santa Claus. A mí siempre me decían que estaba loco, porque siempre trataba de buscar lo lógico, el sentido común.
¿Le dolió su infancia de carencias?
Realmente no, porque en el rancho no se sabía qué era tener mucho o poco. Yo nunca conocí el mar, lo más cercano que tuve fue la presa de El Saucillo y era nuestro principal punto de diversión; sí con carencias, pero de eso no me di cuenta sino hasta que salí de allí y entré a la prepa, en donde algunos de mis compañeros hasta coche tenían, en mi caso, en ocasiones sólo me alcanzaba para una comida al día.
Desde entonces me prometí hacer todo lo posible para que mis hijos no tuvieran las carencias que yo tuve.
Y siendo muy realista desde su infancia, ¿qué quería ser de grande?
Bueno mi papá fue maestro rural y él quería que fuera como él, pero fui el único de la familia que no se fue por esa vía.
Al terminar la prepa me dijo que me llevaría a inscribir al CRENA, pero mi respuesta fue algo que tal vez le dolió, le dije: discúlpame pero yo jamás quiero ser como tú, no quería tener más carencias.
Desde niño quise cambiar entornos, obviamente no lo decía con esas palabras, pero quería hacer cosas para generar cambios y mentalidades.
Siendo estudiante del Tecnológico de Aguascalientes, con mis tareas, trabajos y proyectos siempre buscaba que tuvieran alguna utilidad y no sólo para tener una buena calificación.
¿Y cómo empezó esta travesía hacia esta gran industria?
Cuando salí del ITA estuve como becario 6 meses a General Motors, algo que nadie hubiera aceptado porque pagaban 1,250 pesos al mes, esto en 1994, así estuve 6 meses, como no me alcanzaba, cada mes les pedía prestado a mis papás para sobrellevarla, y mi papá me recordaba muy seguido: te dije que fueras maestro. Luego me ofrecieron ser parte de la compañía y entonces me pagaron 5 veces más.
A los 23 años regresé a Aguascalientes porque me ofrecieron otro trabajo, al menos más cerca de mi familia, entonces me reconocían entre los mejores 4 empleados de la empresa en el país.
Tuve la oportunidad de convivir con extranjeros y eso me impulsó para entender que los mexicanos podemos emprender y no sólo trabajar para los grandes.
¿A partir de cuándo decide dejar de ser empleado y probar con la empresa?
También estuve en Texas Instruments y junto con otros compañeros nos tocó instalar Sensata y cambiar todo el proyecto, ahí me desarrollé técnicamente y en el idioma. Luego fui gerente 9 años en una empresa fabricante de cajas y embalajes, en ese inter me empecé a escuchar historias de grandes empresarios que nacieron de la nada, con el esfuerzo y el deseo de salir adelante y yo quería ser así.
¿Y a poco triunfó desde un principio?
Claro que no, hice tres intentos antes de Maindsteel. Probé con un negocio de persianas, venta e instalación. Luego fabricamos tarimas y material para empaque pero no pudimos competir con los grandotes; después compramos una fresadora, torno y una rectificadora, pero tampoco teníamos experiencia; me dejaba llevar por lo que escuchaba que había funcionado a algunos, pero con nosotros no resultó.
Quise intentar por última vez, si fracasaba me dedicaría ser el mejor empleado o el mejor directivo y me llegó la oportunidad al ser proveedor, luego de pasar muchísimas pruebas en Tachi-S a quien le presentó un proyecto de ensambles de soldadura que permitió reducir costos y tiempos de producción con una pieza que les salió de excelencia. Así empezamos en 2005.
¿Y entonces se prepararon para crecer?
Tuvimos fe y nos tuvieron confianza, empezamos aquí en el PIVA empezamos en un espacio de 100 metros cuadrados que nos rentó don Miguel Anguiano en donde él guardaba sus camiones, éramos 16 personas en 2006, pero en 6 meses ya éramos 60, gracias a nos dieron más y más proyectos. Ahora ya somos 200 y ocupamos todo el terreno de 9 mil 600 metros cuadrados.
Somos proveedores de la industria automotriz pero nos hemos diversificado y fabricamos anaqueles y exhibidores para las principales tiendas de autoservicio y de conveniencia del país y otras de muebles, son equipadas por Maindsteel. Vamos a Latinoamérica y a Estados Unidos. También desarrollamos un software administrativo y trabajamos para el sector agrícola a fin de facilitar la actividad.
¿Y el desarrollo del auto eléctrico, cómo va?
Mi mamá tuvo un problema hace algunos años y no puede caminar, no mueve sus extremidades inferiores y mi papá se ha dedicado a cuidarla, para ella es que ahora estoy desarrollando una silla de ruedas eléctrica que le permita pararse y sentirse autosuficiente, ese sería un regalo próximo y que también ha pensado en sacarla al mercado.
También he desarrollado una bicicleta y una moto eléctricas y estoy creando un auto biplaza eléctrico que espera sacar al mercado en el 2020, por ahora es un prototipo y pronto será una realidad competitiva para el mercado de Aguascalientes, de México y de exportación.
Y con el éxito de ahora ¿qué dicen sus papás?
Ellos me siguen viendo como el hijo humilde y así me comporto; de hecho ellos no conocen esta fábrica ni saben el mundo en el que me muevo, he preferido que ellos conserven la idea que tienen de su hijo que los respeta y los ama. Para mi mamá sigo siendo su hijo de siempre. No he querido yo que me vean en un papel diferente al de su hijo y en mi rancho me siguen viendo igual.