México, 25 oct (EFE).- De Metallica a Juan Gabriel, pasando por Madonna, Franz Ferdinand, Radiohead o Café Tacvba, son algunos de los artistas y bandas que accedieron a inmortalizar sus conciertos mediante pósteres serigrafiados que este viernes se han convertido en auténticas piezas de coleccionismo en México.
El Museo del Objeto de Ciudad de México presentó este viernes una muestra con más de 450 piezas de serigrafía que exploran el cruce entre la música y el arte gráfico mediante los carteles de concierto, conocidos también como ‘gig poster’.
«Esta exposición explica la importancia cultural y económica del póster de concierto impreso en serigrafía», explicó este viernes a Efe Ahmed Bautista, uno de los curadores de la muestra y miembro de Mercadorama, pionero en México en el desarrollo de esta disciplina artística.
El medio millar de piezas expuestas corresponden a 120 bandas y artistas mexicanas y extranjeras, como Ely Guerra, Carla Morrison, Zoé, Bronco, Molotov, Mon Laferte, Pearl Jam, Deftones, The Flaming Lips, Interpol o Foo Fighters, y festivales como el Coachella, el Primavera Sound o el Corona Capital.
Las serigrafías expuestas corresponden a 45 artistas gráficos de todo el mundo, aunque la mayoría fueron elaboradas por Mercadorama y los estadounidenses Ames Bros, que cumplen 10 y 25 años de trayectoria respectivamente, por lo que la exposición recibe el nombre de «10/25 Carteles de Conciertos».
Todas estas serigrafías, que son impresas a mano y tienen series limitadas de pocos centenares de ejemplares, deben contener el nombre de la banda, la fecha, la ciudad, el país, el lugar del concierto y la firma del artista gráfico que lo hizo.
Aunque para ser considerados como piezas únicas de coleccionismo deben contener «arte original» que no se haya visto antes, explicó Bautista.
Por ello, la exposición, que estará abierta al público hasta febrero, muestra innovadores carteles con rasgos distintivos, como pósteres en tres dimensiones, con forma de cajas de cereales o marcados con huellas de sangre, como es el caso de un cartel de The Flaming Lips.
La historia de esta disciplina se remonta a finales del siglo XIX, cuando los carteles de cabaret hechos por Henri de Toulouse-Lautrec trascendieron su objetivo publicitario para convertirse en piezas artísticas.
«La gente empieza a querer coleccionaros y deja de ser un medio propagandístico y publicitario para volverse un objeto de culto», relató Bautista, quien explicó que bajo la cultura pop, artistas como Andy Warhol revolucionaron el género.
Las bandas de rock adoptaron estas expresiones artísticas y en la década de 1990 los pósters adquirieron una enorme importancia: «Vas al concierto para tener el póster. Al Artista ya lo has visto muchas veces y lo que quieres es recordar esa noche», relató Bautista.
Cada vez más grupos musicales y cantantes optan por inmortalizar sus noches más importantes con estas obras de arte, cuyas imágenes, formas y colores intentan retratar los sentimientos que genera su música en el público.
Aunque también puede retratar el momento por el que pasa la ciudad en la que tendrá lugar el concierto: «Ahorita en Chile está habiendo protestas populares y el artista puede volverse parte de esta protesta y usar este medio para comunicar lo que está pasando en este país», explicó Bautista.
Los artistas gráficos suelen trabajar con mucha libertad dentro de los parámetros que marca el músico o la banda en cuestión. Por ejemplo, Jack White solo quiere tonos azules en sus conciertos.
Bautista recordó el primer cartel que hizo Mercadorama para Ely Guerra era oscuro y cuando la artista mexicana lo vio les dijo que ella se identificaba con la «luz».
Por ello, el segundo póster que elaboraron era totalmente blanco y mostraba una mujer de ojos azules.