Debería decirse alto, muy alto, para que nos enteremos todos que las cifras que conocemos sobre los contagios del Covid-19, ahora que crecen las dudas sobre la fiabilidad de las mediciones oficiales y se sabe que existe un importante subregistro a causa de la escasísima cifra de pruebas aplicadas, con nuestro país a la cola en ese y otros renglones entre los países de la OCDE, para ver si así esta comunidad se entera de la gravedad de las cosas y deja, como hizo todo el fin de semana y especialmente ayer de salir a las calles como si nada pasara.
Basta salir a alguna avenida principal para ver cómo, mientras calles y aceras se van llenando semana a semana, como incluso negocios cerrados cuando se decretó la emergencia ahora han reabierto, porque así como muchos no creen poder contagiarse, muchos que tienen semanas sin ingresos, dejaron ya de creer de las famosas inspecciones para comprobar el cierre efectivo de comercios no esenciales, pues 5 negocios clausurados de cientos o miles que están abiertos, hace pensar en una acción simbólica y por todos lados eficaz.
Y es que leer que en una sociedad con un millón de habitantes hay trescientos y pico de casos tampoco es como para asustar a nadie, pues seguramente por cada uno de esos casos hay decenas de enfermedades que asustan más, por lo que no estaría de más que las autoridades, que no han movido un dedo para que se guarde la sana distancia, mañana salgan a hablar no de sus magros registros sino de la verdadera estimación de personas que en este momento podrían ya ser portadoras del bicho, a ver si así la gente acaba de entender de que esto no es una broma.