Un voto por MORENA, es un voto contra México. Desde que empecé a escribir en los periódicos -Adolfo López Mateos era el Presidente de la República- hasta que por culpa de Enrique Peña Nieto la nación cayó en las peores manos, fui constante crítico del PRI. Mi canción “La casita” se volvió, en la interpretación de Óscar Chávez, himno popular de protesta contra la corrupción de los gobiernos priístas. Escribí y hablé en contra de Díaz Ordaz cuando hacer eso era peligroso. En 1997 acuñé el lema “Un voto por el PRI es un voto contra México”. Así coadyuvé a que el partido en el poder perdiera la mayoría que necesitaba en el Congreso para seguir ejerciendo su omnímodo poder. Con ese mismo propósito estoy ondeando ahora esa frase, referida hoy a Morena. De esa manera uno mi esfuerzo al de todos aquellos que están luchando por poner frenos y contrapesos a la absolutista voluntad del mesiánico caudillo de la 4T. Me alegró por eso que mi proclama se haya vuelto viral, que su presencia en las redes sociales sea constante y que la difundan quienes piensan que López Obrador está causando daños graves a nuestro país. Debemos limitar su poder; debemos evitar que AMLO llegue a tener la mayoría que quiere tener en el Congreso para cambiar a su capricho la Constitución y hacer que sirva a su desbordada ambición de dominio. Eso sería lo peor que a México le podría suceder, pues pondría a la República en el camino de la dictadura. ¿Por quién votar, entonces? Por alguno de los partidos tradicionales: PRI, PAN o PRD, que tienen defectos ciertamente, algunos de ellos grandes, pero que hoy por hoy constituyen la única opción frente al gravísimo riesgo que representaría un triunfo de Morena. Nuestro deber de ciudadanos que amamos a México y que queremos salvarlo de una tiranía es no votar por Morena ni por ninguno de los partidos que se le han vendido. Mi experiencia de muchos años me dice que si en la elección del 6 de junio Morena obtiene el triunfo López Obrador se fortalecerá en tal modo que ninguna fuerza ciudadana será ya capaz de detenerlo. Destruirá las instituciones que hasta ahora han podido limitarlo, y las que no pueda suprimir las desvirtuará y seguirá corrompiendo con dinero o concesiones que nada tienen que ver con su función. Lo digo una vez más y lo repetiré estos días: “Un voto por Morena es un voto contra México”. La esposa le comentó a su marido: “Qué extraña coincidencia. A ti se te olvidó mi cumpleaños, y a mí se me olvidó cómo se descruzan las piernas en la cama por la noche”. Hamponito, el hijo del narco de la esquina, apagó de un soplo las seis velitas de su pastel de cumpleaños. Al punto su padre le sacudió la cabeza con un fuerte sopapo. Le dijo con ominosa voz de gánster: “¡Por soplón!”. Antes de ir a la cama don Languidio procedió a ponerse una crema en el rostro. Su esposa, extrañada, le preguntó: “¿Qué te estás embarrando en la cara?”. Contestó el señor: “Una crema rejuvenecedora que me recomendaron”. Acotó con acritud la doña: “Te la estás poniendo en el lugar equivocado”. Don Poseidón, el padre de Glafira, le preguntó, severo. al novio de la joven: “¿Tuvo usted anoche intimidad con mi hija?”. “¡No, señor! -afirmó con vehemencia el galancete-. Si quiere se lo juro poniendo la mano sobre la Biblia que estaba en la habitación del hotel, y que me traje de recuerdo”. Dos recién casadas intercambiaron confidencias sobre sus respectivas noches de bodas. Dijo una: “Yo estaba tan cansada que me quedé dormida en un segundo”. Relató la otra: “Yo estaba más cansada que tú. Me dormí desde el primero”. FIN.
MIRADOR
¿Qué extraño sentimiento es éste que en los últimos días me ha traído mohíno e irritado?
Lo diré a pesar de mí: es envidia.
Miserable pecado es el que Ripalda definió como “tristeza del bien ajeno”. Entre todos los pecados capitales la envidia es el único que no brinda ningún placer al que lo comete. El envidioso no siente gozo alguno; antes bien sin darse cuenta rinde homenaje a aquél a quien envidia.
Hace días le presté a un amigo mi casa del Potrero para que durmiera en ella. Me contó que esa noche se le apareció el fantasma de una bella joven vestida con una bata de fina seda blanca. Al verse ante mi amigo la espectral muchacha abrió la prenda y se le mostró en toda su maravillosa desnudez.
Anoche yo estuve en la casa del Potrero. Se me apareció la joven, pero no abrió su bata para mí.
Envidia.
¡Hasta mañana!…
MANGANITAS
“…Permitirán en Texas que
todos porten armas…”
Eso tiene sus razones.
Las medidas son urgentes.
Parece que está sin clientes
la sala de ejecuciones.