Este león era animal cachondo. Tenía como amiguita a una linda gacela. En cierta ocasión se estaba refocilando con ella, y en medio del deliquio pasional vio que la leona se acercaba. Le dijo a la gacela: “¡Rápido! ¡Haz como que te estoy matando!”. IMHO, entre los principales deberes de un Gobierno está el que consiste en dejar a la gente en paz. Un momento, columnista. ¿Qué significa eso de “IMHO”? Es una expresión correspondiente al moderno lenguaje de Internet, acrónimo de la locución inglesa in my humble opinion, en mi humilde opinión. El presidente López Obrador está empezando tarde y mal a cumplir una de sus 100 promesas de campaña, la de descentralizar la administración pública federal mediante el envío de varias secretarías de Estado a diversas ciudades del país. Digo que tarde porque ha pasado ya la mitad de su sexenio, y esas acciones toman tiempo, y mal porque emprende esos cambios en las circunstancias más adversas, con el virus todavía amenazando, en medio de una grave crisis económica del régimen y con la inseguridad en aumento. Si yo fuera titular de una secretaría y AMLO me ordenara llevarla a otra parte, digamos a Mexicali o Chetumal, yo me haría pendejo, con perdón sea dicho, y emplearía toda suerte de recursos para demorar el cambio, en espera de que al señor se le olvidara que lo había ordenado, o de que hallara algún otro tema para sus mañaneras. Y es que una mudanza como las que ha ideado el Presidente trastorna la vida de incontables personas, les causa dificultades de todo orden. La burocracia es por esencia conservadora. Moverle el escritorio, aunque sea al otro lado de la oficina, no digo ya a otra ciudad, la saca de quicio y la pone al borde de la esquizofrenia. Además ese cambio altera la forma de vida y las costumbres de las familias de los funcionarios, empleados y trabajadores, anula sus círculos de amistades y las rutinas formadas a lo largo de años. Nuestro carácter de mexicanos es diferente del de los estadounidenses, nómadas por naturaleza. Nosotros somos más apegados al solar donde nacimos o donde ganamos el pan de cada día. Yo, por ejemplo, no me movería de Saltillo a menos que movieran también junto conmigo a toda mi parentela; a la casa que fue de mis padres y de mis abuelos; a la Catedral y la capilla del Santo Cristo; al Cerro del Pueblo y la Alameda: a los edificios del Ateneo y la Normal; al Café Viena y el restorán Los Pioneros, con otros lugares saltilleros donde tengo recuerdos entrañables. Los cambios que propone López Obrador acarrean consecuencias graves, y no resuelven ningún problema, antes bien crean algunos nuevos en las ciudades a donde se enviarán las dependencias. México es por tradición e historia un país centralista. El centralismo ha sido por siglos nuestro modus vivendi político y administrativo. En ese sentido, el de la administración centralizada, tiene vigencia actual el donoso gracejo de la Güera Rodríguez, quien fue la que dijo aquello de que “fuera de México todo es Cuauti-tlán”. Lo mejor que podría hacer López Obrador es descentralizar decisiones, no instituciones. Deje a la gente en paz y póngase un poco en paz él mismo. Cumplido está por hoy mi deber de orientar a la república. Narraré ahora un chascarrillo final y luego tomaré el portante, como se dice del que se aleja o se despide. Habitación número 210 del popular Motel Kamawa. Lecho redondo; sábanas de seda negra; colcha de terciopelo rojo; espejos en el techo; tele con canales porno; jacuzzi y baño de vapor. Sin ropa ya se encuentran en la cama el ansioso galán y su compañera. Ella le dice: “Antes que nada vamos a presentarnos. Mi mamá me tiene prohibido tratar con extraños”. FIN.
MIRADOR
Después de muchos años -más de mil- Nuestro Señor se asomó a la Tierra y vio que faltaban algunas cosas importantes.
Faltaba, por ejemplo, amor a las criaturas.
Faltaba poesía, no de la altiva y majestuosa, sino de la humilde y sencilla.
Faltaba la alegría que brota del alma como el agua de un claro manantial.
Entonces envió a uno de sus hijos a poner en el mundo todo eso. Lo hizo abrazar a la pobreza y lo hizo abrazar -cosa aún más difícil- a los pobres.
Hoy es el día de ese santo poeta.
Hoy es el día de ese poeta santo.
San Francisco de Asís.
El pueblo no lo llama así. Usa para nombrarlo un diminutivo cariñoso: San Panchito. Y a veces Panchito solamente.
Fue el santo de mi abuela y el de la madre de mi esposa. Está junto a Nuestra Señora de la Luz en el altar de la pequeña capilla en el Potrero de Ábrego.
Hoy la gente pondrá a sus pies las sencillas ofrendas que su piedad le dicta: espigas de trigo, mazorcas de maíz, flores campesinas. Y yo le pediré lo que él le pidió a Cristo alguna vez: “Señor, hazme instrumento de tu paz”.
¡Hasta mañana!…
MANGANITAS
“…AMLO pide respeto…”
En medio de un paroxismo
exige con frase dura
respeto a su investidura.
Pues que la respete él mismo.