El pulpo macho y el pulpo hembra fueron al cine. En la penumbra de la sala se le oyó a él decir: «Pero, mi vida: ¿por qué crees que se llaman ‘tentáculos’?»… El hijo de don Avaricio Cenaoscuras, hombre cicatero, cutre y ruin, le suplicó a su padre, con temblorosa voz, que le prestara 20 pesos. Al día siguiente le pidió lo mismo, y otros 20 pesos un día después. Le dijo el ruin señor: «A mí no me engañas. Tú tienes una querida»… Don Algón, gerente de la empresa, designó un nuevo subgerente. Le preguntó: «¿Sabes cuál será tu principal función?». «Sí, señor —respondió el empleado—. Echarme la culpa de todas las pendejadas que cometa usted»… De vez en cuando, muy de vez en cuando, me acuerdo todavía de que soy abogado, a mucha honra. Estudié la carrera de Jurisprudencia, primero en la Escuela de Leyes que fundó en Satillo don Francisco García Cárdenas, gran señor cuya sabiduría sólo era igualada por su generosidad, y luego en la Facultad de Derecho de la UNAM, donde tuve maestros tan ilustres como Ignacio Burgoa Orihuela, Luis Recasens Siches, Andrés Serra Rojas y otros de igual prestigio y nombradía. Durante largos años profesé cátedra jurídica en el plantel de mi ciudad, hasta que sin darme cuenta pasé de la edad de la pasión a la edad de la pensión. Una cosa aprendí en aquellas aulas: un Estado sólo es de Derecho cuando gobernantes y gobernados se someten por igual al imperio de la ley. Donde eso no sucede se instauran el caos y la anarquía. La ley penal castiga a quien propicia en cualquier forma la evasión de un preso o detenido. El castigo que se aplica al que comete ese delito se agrava considerablemente cuando quien incurre en él es funcionario. Con la inconsciencia de quien se siente absuelto de cumplir las leyes el presidente López Obrador declaró públicamente que fue él quien ordenó la soltura de un delincuente a quien se había aprehendido. Con eso se desmintió a sí mismo y desmintió a Alfonso Durazo, pues ambos habían manifestado que la decisión de dejar libre a esa persona se tomó en forma colegiada por el Gabinete de Seguridad. (Porque es de saberse, aunque es difícil de creer, que en este país hay un Gabinete de Seguridad que se reúne todos los días a las 6 de la mañana, quizá para contar los muertos por violencia habidos en el día anterior). Mal anda una nación cuando su Presidente no sólo viola la ley, sino que además miente y presume lo que hizo como si hubiera llevado a cabo un acto de valor, para colmo sin que la declaración viniera al caso después de bastante tiempo de transcurrido desde el malhadado suceso. La suficiencia de López Obrador lo lleva a decir cosas que a él lo comprometen y a los ciudadanos nos preocupan. Debería cuidar más sus palabras, calcular sus efectos. No desperdicie las oportunidades que se le ofrezcan de hace una valiosa aportación a la República: su silencio… Aquella chica tenía una nariz perfecta, como de diosa griega. «La sacó de su papá» —comentó alguien. Y añadió en seguida: «Es cirujano plástico»… El doctor Duerf, célebre analista, le comunicó a su paciente: «Está usted curado. Después de cinco años de tratamiento logré por fin quitarle su extraña obsesión de creerse Napoleón Bonaparte». «¡Magnífico, doctor! —se alegró el tipo—. ¡Voy a darle la buena noticia a Josefina!». Don Cucurulo entró en una profunda depresión. Con acento sombrío le dijo a su mujer: «No tengo ya motivos para vivir». «¡Claro que tienes motivos para vivir! —lo animó ella—. La casa no está pagada, el coche no está pagado, la tele no está pagada…»… «Desde que naciste no me has dado ninguna satisfacción». Eso le dijo con enojo el papá de Pepito a su incorregible crío. Le retobó el chiquillo: «¿Pero qué tal nueve meses antes de nacer?»… FIN.
MIRADOR
John Dee encontró la verdad acerca de las matemáticas.
Encontró la verdad acerca de la astronomía.
Encontró la verdad acerca de la música.
Encontró la verdad acerca de la filosofía.
Encontró la verdad acerca de la alquimia.
Encontró la verdad acerca de la teología.
Encontró la verdad acerca de la física.
Encontró la verdad acerca de la lógica.
Encontró la verdad acerca de la teosofía.
Encontró la verdad acerca de la gramática.
Encontró la verdad acerca de todas las ciencias y las artes.
Al final de su vida declaró John Dee:
— Encontré muchas verdades, pero nunca encontré la Verdad.
¡Hasta mañana!…
MANGANITAS
«…Explotó un boiler y salieron volando la señora de la casa y su marido…».
«Primera vez que me pasa
—la señora declaró—
que éste mi marido y yo
salimos juntos de casa».