Gerineldo era novio de Goreta. Su sincero propósito era hacerla su esposa, pero no había reunido aún lo suficiente para los gastos del matrimonio. Ardía ya en deseos, sin embargo, de gozar las delicias de himeneo, y una y otra vez le proponía a la muchacha que fuera con él a su departamento. Ella, educada en tradiciones familiares que no admitían tales adelantos, rechazaba con ejemplar constancia las lúbricas solicitaciones del galán. Una noche fueron a jugar boliche. Si en su último tiro Goreta hacía chuza, ganaba la partida. Tomó la bola y le dijo a Gerineldo: “Si hago esta chuza iremos a tu departamento”. Hizo el tiro. Para su sorpresa su novio corrió y detuvo la bola poco antes de que llegara a los pinos. Goreta le preguntó, asombrada: “¿Por qué hiciste eso?”. Contestó Gerineldo: “No tenía caso que la bola siguiera rodando. Era chuza segura”… Una de las características de los regímenes caudillistas es que en ellos el gobernante se olvida de su calidad de mandatario y se asume como monarca absoluto, en tanto que sus partidarios abdican de su calidad de ciudadanos y se convierten en vasallos. El manifiesto de apoyo a López Obrador publicado por los senadores de MORENA es para avergonzar a toda una nación. Jamás sentiré yo pena de ser mexicano, pero esa abyecta muestra de adulación me provocó amagos de náusea. Decir que en AMLO encarnan la nación, la patria y el pueblo, es llegar al extremo último del servilismo. Declarar: “El grupo parlamentario de MORENA en el Senado de la República respalda incondicionalmente al presidente Andrés Manuel López Obrador” constituye una absoluta falta de decoro. Eso de “incondicionalmente” sólo se puede equiparar a aquello de: “Con usted, hasta la ignominia, señor Presidente”. Quienquiera que haya puesto su firma en ese innoble desplegado se faltó al respeto a sí mismo. La publicación denigra a nuestro país ante el extranjero y lo presenta como una república de políticos sin dignidad. Pienso que ni en los peores tiempos del presidencialismo priísta se vio algo igual. Esa bajeza también es corrupción, y su causante es el que afirma que está luchando contra ella. No faltará quien diga que exagero. No es así. Una sumisión como la de los senadores morenistas contribuye a la exaltación de un hombre con tendencias absolutistas como López Obrador, y pone en riesgo las libertades de quienes no comparten esa actitud de sometimiento, a más de atentar contra la democracia. Dos lujos pido ahora me sean permitidos: el del melodramatismo y el de la evasión. Soy mexicano hasta las fibras últimas del alma (ése es el melodramatismo), pero si después de leer el manifiesto de los senadores de MORENA alguien me pregunta de dónde soy, responderé que nací y vivo en Timbuctú. (Ésa es la evasión)… Ya conocemos a Capronio: es un sujeto ruin y desconsiderado. Una tarde su suegra fue al galgódromo. De regreso en la casa de su yerno comentó: “Estuve en las carreras de perros”. “¿De veras, suegrita? —preguntó Capronio con simulado interés—. ¿Y en alguna llegó en primer lugar?”… El dueño de las ovejas era rubio, y el hombre que las pastoreaba era moreno, lo mismo que su esposa, mujer joven y guapa. Vino a suceder que la señora dio a luz un bebé de tez clara y pelito dorado. El pastor, suspicaz, le manifestó sus recelos al patrón. ¿Por qué, si él y su mujer eran morenos, el niño había salido blanco? “Eso no te debe extrañar —le indicó el hombre—. Todas las ovejas son blancas, pero de vez en cuando nace una morenita”. El pastor tragó saliva y dijo luego: “Está bien. Yo no diré nada del niño, y usted no diga nada de las ovejas”… FIN.
MIRADOR
Muchas veces lo he dicho, y cuantas pueda en el futuro lo diré: amo a España; la considero nuestra Madre Patria.
Por Galicia siento muy especial afecto. Me lo inspiró primero la lectura de los versos de Rosalía, y luego el conocimiento de las penalidades de sus hijos, emigrantes por causa de pobreza, humillados y ofendidos en su propio país. “¡Tía gallega!”, le dice en una zarzuela una mujer a otra para injuriarla.
En estos días esa bellísima región de España está de luto. Un barco pesquero de Galicia naufragó en aguas de Terranova, y de los 24 marinos que en él iban sólo tres sobrevivieron. Los demás están muertos o desaparecidos.
Dura es la vida del mar, y peligrosa. Quienes viven de la pesca saben que pueden morir en la faena. En aquellos mares nórdicos el simple hecho de caer al agua significa la muerte. Recuerdo ahora el título de un viejo poema: “¡Y luego dicen que el pescado es caro!”.
Desde México hago llegar mi sentimiento de pesar a las familias de los pescadores que murieron en el naufragio del barco gallego. Sírvales de consuelo el pensamiento de que esos héroes del mar entregaron su vida para hacer mejor la de sus seres queridos.
¡Hasta mañana!…
MANGANITAS
“… Se están vendiendo bien los autos eléctricos…”.
La Cuarta Transformación
reniega de esos artículos,
y exige que los vehículos
consuman sólo carbón.