Lo que debería ser una buena noticia para los mexicanos, causa también un poco de inquietud.
Llegó la tan ansiada vacuna anti-Covid, pero, para empezar, no llegó la cantidad que se supone ya había pagado el Gobierno federal, irregularidad que se ha subsanado con el correr de los días, arribando en varios envíos.
Para colmo, en la primera aplicación 24 personas se sintieron mal, con síntomas de leves a delicados, a lo que la Secretaría de Salud federal justificó diciendo que fue porque no habían desayunado, pero que puso en alerta a la gente.
De por sí la población mexicana, tan dada a no seguir reglas y recomendaciones, sobre todo de origen médico, como se ha visto en plena pandemia, es reacia a ser vacunada contra distintas enfermedades, pues con esto menos se animaría a inocularse.
Mención aparte tiene que hacerse del no tan reciente movimiento antivacunas, que gracias a la desinformación en los últimos años se ha documentado una disminución en la cobertura de vacunación en todo el mundo por causas complejas y diversas dando como resultado el resurgimiento de enfermedades infecciosas, como el sarampión, enfermedad que ya estaba erradicada de nuestro país. Este grave padecimiento resurgió en México y se han registrado más de 1,300 casos, la mayoría de ellos asociada a la importación.
Esta cifra es preocupante porque se trata de una enfermedad prevenible con la aplicación de vacunas y de esos casos documentados sólo diez personas cuentan con antecedente de vacunación, por eso es un tema que alarma.
Y si a eso se le agrega que en lo que va de la administración del presidente López Obrador el país ha registrado un déficit de biológicos, pues el problema se hace mayor.
Por poner sólo un ejemplo, este año que está por terminar, se dio a cuentagotas la vacuna contra la influenza y sólo llegaban contadas dosis que de inmediato eran aplicadas a personal del Sector Salud, el más vulnerable en estos tiempos de pandemia, pues ya se sabe que la influenza presenta síntomas similares al de Covid-19 y que esto podría poner más presión al agotado personal médico y, sin duda, al sistema hospitalario de Aguascalientes.
Con los días se logró normalizar la situación y la población que quiso recibió la dosis para prevenir esta enfermedad, que también ha venido a ser un azote para nuestro Estado.
Caso contrario sucede en otras latitudes, pues ayer el Gobierno de Estados Unidos confirmó que a partir del próximo año la vacuna podrá ser adquirida por la población abierta en los supermercados.
Así pues, en nuestro país la vacunación contra el terrible coronavirus poco a poco llegará a la población de México, dividida por sectores en cuanto a edad, vulnerabilidad y situación geográfica, y se espera que este esfuerzo loable pueda beneficiar a la totalidad de la población mexicana y que el remedio, por los motivos que sean, no sea peor que la enfermedad.