“Dar y dar no ayuda al bienestar,
lo mejor es trabajar”.
Rodolfo Franco
Corría el mes de diciembre del año 2018, el evento era trascendente para la nación, la toma de posesión de la banda presidencial de Andrés Manuel López Obrador convertido en Presidente de la República, su discurso abría un abanico de esperanzas para 30 millones de personas que le habían otorgado el voto; “El Estado se ocupará de disminuir las desigualdades sociales. No se condenará a quienes nacen pobres a morir pobres. Todos los seres humanos tienen derecho a vivir y ser felices”, y para lograrlo dijo que acabaría con la corrupción y con la impunidad que impiden el renacimiento de México, que son la causa principal de la desigualdad.
Ese año de la toma de posesión, la pobreza, uno de los macroindicadores del desarrollo de un país, alcanzaba 41.9% de la población, dos años (2020) después creció 43.9%, significa que tenemos 55.7 millones de pobres. La pobreza extrema también creció al pasar de 7.0% al 8.5%, equivalente a 10.8 millones de personas que no tienen ni para comer. Los datos que le comento fueron publicados en la primera semana del mes de agosto del 2021 por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), apoyados con información del INEGI, instituto al que AMLO tampoco ve con buenos ojos.
De acuerdo a la publicación, en el rubro de carencias sociales, aumentó el rezago educativo del 19.0% al 19.2%, en carencia en acceso a servicios de salud pasó del 16.2% al 28.2%, y en carencia de accesos a la alimentación nutritiva y de calidad aumentó del 22.2% al 22.5%. La población con ingreso inferior a la línea de pobreza extrema pasó del 14% al 17.2% (entiéndase que ni para comer), y la población con ingresos inferior a la línea de pobreza pasó del 49.9% al 52.8%.
El viernes 6 de agosto en su gira por Baja California Sur, el Presidente informó que año con año incrementará el presupuesto de las pensiones que benefician a más de 10 millones de adultos mayores en el país hasta alcanzar una inversión cercana a los 400 mil millones de pesos en 2024. Pese al apoyo y la enorme inversión gubernamental la pobreza no disminuyó, ni se contuvo, al contrario, creció.
Nadie en su sano juicio está en contra del apoyo a los menos favorecidos para que la pobreza sea paliada, sin embargo los apoyos deben estar bien direccionados, analizados, perfectamente seleccionado el objetivo poblacional a apoyar, supervisados y medidos los resultados. Sin embargo nada de eso existe, se entrega dinero sin ton ni son. Verbigracia, la pensión a los adultos mayores que ahora aplicará para las personas con edad cumplida de 65 años, con un monto de $1,550 mensuales pagaderos bimestralmente a más de ocho millones de personas, al momento de su inscripción no analiza si el beneficiario cuenta con pensión del IMSS o del ISSSTE, aunque las reglas de operación así lo establecen. Tampoco analiza el estatus socioeconómico, lo que provoca que se reste recursos a quien sí lo necesita. Pese al apoyo, los datos del Coneval señalan que no sirvieron de mucho porque la pobreza creció a 28.2% en acceso a servicios de salud, y en accesos a la alimentación nutritiva y de calidad creció a 22.5%.
El mes pasado, el Presidente en su gira por el Estado de Guerrero, tierra por años señalada de asimetrías socioeconómicas y violenta por los enfrentamientos entre bandas del crimen organizado, manifestó que “la verdadera lucha” contra la delincuencia es que las bandas no puedan enganchar a los jóvenes. Y para ello cuenta con el programa ‘Jóvenes Construyendo el Futuro’, cuyo objetivo es impedir que los bisoños se conviertan en “ejército de reserva” (dixit AMLO) de los grupos de la delincuencia organizada, sin embargo las cifras de homicidios dolosos, donde perece una gran mayoría de los jóvenes reclutados, ya alcanzó los 93 mil 233 al viernes pasado, mientras que el año 2019 cerró con 44 mil 860, un incremento del cien por ciento. Para comprender el fracaso del programa, debemos remontarnos a sus inicios. Arrancó en el año del 2019 con un millón 200 mil jóvenes percibiendo una beca de $3,748, este año se pretende cerrar con dos millones de inscritos y con beca de $4,310. El impresionante monto invertido en los jóvenes equivalente a 2.2 veces el presupuesto anual del municipio de Aguascalientes, y de poco o nada ha servido para inhibir el paso de los jóvenes a las bandas de la delincuencia. La pobreza es el principal motor del extravío de los jóvenes, la pobreza creció pese a los miles de millones invertidos.
Otro programa que no es supervisado se denomina ‘Beca Educación Básica, Bienestar para las Familias’, que es entregada a familias en condición de pobreza para apoyar los estudios de preescolar, primaria o secundaria, donde se entregan 1,600 pesos bimestrales por familia. Sin embargo, y pese al apoyo, el INEGI publicó que el año pasado tres millones de estudiantes de nivel básico (preescolar, primaria y secundaria) abandonaron la escuela, un millón 60 mil no se inscribieron por falta de recursos y tres millones 600 mil porque tenían que trabajar. La miseria presente pese al apoyo.
La pobreza sigue creciendo en México pese a los apoyos gubernamentales, ya que no fueron suficientes para compensar la caída de los ingresos laborales de las personas, reconoció José Nabor Cruz Marcelo, secretario ejecutivo del Coneval, pero asciende porque los ingresos per cápita son bajos, los insumos básicos se incrementan más rápido que las indexaciones, los servicios básicos (gasolinas, luz, gas) se dispararon, éstos a su vez provocaron el correspondiente efecto de impactar en la canasta básica, el empleo se desplomó porque la decisión gubernamental fue no apoyar a las empresas, y con ello el ingreso familiar se esfumó, y a su vez repercutió en un menor crecimiento económico, menos demanda, menos circulante, menos oportunidades laborales y el círculo vicioso se cerró. El incremento a la pobreza la generamos por una errónea toma de decisión en palacio y la multivariedad de programas asistenciales de este Gobierno que constituye una parte sustantiva del presupuesto anual, y pareciera que tiene una perversa intención, incrementar el número de pobres para hacerlos depender del maná gubernamental. Con ello se aseguran los votos cautivos.
La fórmula para salir es simple, el trabajo es el mejor antídoto contra la pobreza, pero cuando las políticas gubernamentales no incentivan su creación, la pobreza es su majestad.