Un tema que ha sido recurrente en los últimos tiempos es el del mal uso de las redes sociales, pues si bien ya todo mundo sabe que es prácticamente el futuro inmediato, también es cierto que hay mucha gente que hace daño a través de ellas.
Uno de los delitos más denunciados en la Entidad es el ciberacoso, y lamentablemente las más afectadas son mujeres jóvenes, de entre los 12 y los 29 años, y en las menores se puede entender, pero en las adultas es complicado comprender cómo caen en manos de estos delincuentes cibernéticos y creemos que no hay otra explicación que la confianza mal empleada.
Delitos cibernéticos hay muchos, pues en el entorno digital, espacio digital o de internet son infinidad de acciones ilegales que se pueden efectuar, pues se realizan desde el anonimato, lo que ya de por sí ofrece impunidad.
Los más denunciados ante las autoridades cibernéticas son fraude, invasión a la intimidad, ciberacoso sexual, suplantación de identidad, falsificación de documentos, por mencionar los más frecuentes pero también los más graves, sobre todo cuando las víctimas son menores de edad, y que lamentablemente son los más fáciles de caer en el engaño.
Y el debate es ¿qué hace un niño con un dispositivo electrónico? ¿dónde están los padres? ¿quién los supervisa? ¿cuáles juegos son apropiados para los menores de edad? ¿cómo regular el tiempo que los pequeños pasan con aparatos electrónicos si los primeros en hacerlo son los adultos, que por ejemplo no sueltan el celular ni para manejar? ¿cuál control parental?
Ahora en el período vacacional también aumenta el uso de la tecnología, pues si antes la televisión era la niñera por excelencia, ahora lo son los dispositivos, lo que conlleva un enorme riesgo, pues se ha sabido de tratantes de personas que captan a sus víctimas por medio de videojuegos ‘inocentes’ al que cualquiera puede accesar.
Cierto, hay recursos jurídicos para poner freno a cierto tipo de delitos cibernéticos, como la Ley Olimpia, que gracias a una joven que fue vulnerada en su intimidad se hicieron reformas legislativas para, en primer lugar, reconocer la violencia digital y sancionar los delitos que violen la intimidad sexual de las personas a través de medios digitales, también conocida como ciberviolencia o violencia digital; de hecho hace apenas una semana un hombre tuvo el valor de ser el primero en el país en denunciar a su ex-pareja por filtrar en la red material privado, por lo que la ley hizo su parte y la mujer fue detenida.
A la par del crecimiento del mundo digital han crecido los inconvenientes y problemas en torno a ello, pero obviamente no todo es malo, el problema inicia cuando los dispositivos caen en manos vulnerables, como menores de edad o de plano personas inocentes que caen en este tipo de situaciones que las ponen en riesgo.
Lo que no hay que perder de vista es que violencia es violencia, en todas sus acepciones, y que como todos los delitos siempre es mejor prevenir que lamentar.