Aguascalientes.- Si hubiera un premio al burócrata prepotente, ineficiente, déspota y amargado, seguro se lo llevarían las empleadas de la PROESPA, quienes a diario acumulan quejas en su contra por sus malos tratos a los usuarios de los servicios de esas oficinas.
Lo peor del caso es que gozan de inmunidad, ya que a pesar de las quejas permanecen inmóviles en sus sillas y sus malos tratos no cambian.
Mientras tanto quienes acuden a solicitar descuentos en el pago de multas por no haber verificado, además del descalabro económico, se llevan un muy amargo sabor de boca por los malos tratos.
Las mujeres a cargo de los módulos de atención y quejas de las oficinas se esmeran por maltratar a la gente, y a decir de los afectados, los descuentos que se aplican son una burla, pero lo peor aún es la prepotencia con que actúan las burócratas que acumulan muchas quejas en su contra, pero nadie actúa en contra de ellas.
La fama que tienen sobre su mala actuación ha trascendido hasta en los verificentros, donde las tienen perfectamente bien ubicadas y señalan que si no corrigen su comportamiento es porque siguen el mal ejemplo de su jefa quien es igual de prepotente y grosera.
Mientras tanto las víctimas de esas mujeres señalaron a HIDROCÁLIDO: «mi vehículo estuvo descompuesto no tengo dinero para arreglarlo, mucho menos para pagar una multa de más de 4,200 pesos, y aunque en el centro de verificación me comentaron que en promedio estaría pagando poco más de 209, en la PROESPA me aplicaron un descuento que es una burla, pretenden que pague los más de 4 mil pesos, pero no sólo eso son unas groseras y prepotentes y no se vale. Yo soy una persona jubilada, de la tercera edad y les mostré mis credenciales para que vean mi condición económica y aún así no hay entendimiento».
«Cuidado con que te falte alguna copia porque aunque tienen la copiadora a un lado de ellas te dicen de manera prepotente ‘aquí no es para sacar copias’, todo ello con malas caras y feos modos y es que les molesta atender a la gente», agrega otro de lo quejosos.
«Pero eso sí, uno tiene que ser paciente porque con frecuencia se equivocan y hay que esperar a que les autoricen las cancelaciones de las papeletas erróneas».