CIUDAD DE MÉXICO (EL UNIVERSAL).- A pesar de que la Secretaría de Educación Pública (SEP) no cuenta con una estrategia para atender las emociones y promover la salud mental entre los alumnos de educación básica, los indicios de depresión disminuyeron entre los estudiantes que regresaron a clases presenciales, de acuerdo con la organización civil Mexicanos Primero (MP), que asegura que para el grupo de edad de 10 y 11 años disminuyó de 14.5% a 9.1%, en tanto que de 12 a 15 años descendió de 21.6% a 14%.
Según MP, un diagnostico reciente de UNICEF reveló que en México los servicios de promoción de la salud mental para niñas, niños, adolescentes y jóvenes no cuentan con los recursos materiales y humanos capacitados, no hay suficientes psiquiatras infantiles, ni programas de capacitación para proveedores de salud mental para la población en edad escolar. Respecto de los psiquiatras especializados en población infantil y adolescente, se reportaron en total 365 en todo el país, lo que equivale a una tasa de 0.28 por cada 100 mil habitantes.
En la videoconferencia, el organismo reveló este martes que los estudiantes de 10 a 15 años presentan mayor ansiedad generalizada y ansiedad por separación, en comparación con las mujeres. Sin embargo, señala que es preocupante que la ansiedad generalizada está presente en 20 de cada 100 hombres y 15 de cada 100 mujeres.
Sobre la ansiedad por separación, se percibió una ligera disminución en hombres, pasando de 62.8% a 59.6% y una ligera alza en mujeres, de 48.7% a 49.6%.
«Los datos muestran cierta esperanza, pero no podemos conformarnos con ella, pues se encontró que los estudiantes de nivel primaria disminuyeron en mayor medida los indicios de depresión, en comparación con los estudiantes de secundaria. En primaria bajó de 19.1% a 10.3%, mientras que en secundaria se redujo de 18% a 14.8%. Lo anterior indica que la apertura de las escuelas ha generado más beneficios para la población más pequeña que asiste a la escuela, especialmente en nivel primaria», agregó.
La pandemia, dijo, obliga a poner la atención en los estudiantes, escucharlos activamente, jugar, aprender y compartir nuevas experiencias; pero las herramientas aisladas y los esfuerzos poco sistemáticos de la Secretaría de Educación Pública, ampliarán la brecha en la educación socioemocional.
«Preocupa que en el contexto político falta mucha atención en la agenda educativa, además del recorte presupuestal a la educación básica que ahorca la gestión y apertura de las escuelas, que recordemos que todavía hay 1 de cada 4 escuelas que no puede abrir por falta de agua, luz o sanitarios desde hace ya casi dos años. No podemos olvidar la eliminación de programas públicos como tiempo completo, convivencia escolar, aprendizajes significativos, atención educativa a indígenas y migrantes. Además de la falta de disposición de cifras en tiempo real, así como la creciente corrupción en múltiples niveles», manifestó.
Katia Carranza, investigadora en Mexicanos Primero explicó que la escuela no es sólo un espacio en donde se aprenden conocimientos, también se aprende a desarrollar la curiosidad, la tolerancia, la creatividad, la responsabilidad, el autocontrol, la persistencia, la sociabilidad, la asertividad, la empatía, la confianza y la cooperación, y es uno de los principales espacios de socialización.
Es por ello, dijo, que al mantener cerradas las escuelas durante tanto tiempo, se privó a NNJ de la oportunidad de aprender todo esto, pero se han privado más cuando, al volver a las aulas se dejó de lado la atención socioemocional y todo se centró únicamente en lo académico. «¿Cómo les exigimos que aprendan y se interesen por los conocimientos teóricos si no nos aseguramos que primero estén social y emocionalmente bien?».
Mexicanos Primero exigió a la SEP un 5x5x5 para cada estudiante. Es decir, cinco horas de clase, cinco días a la semana y con cinco condiciones imprescindibles: agua, ventilación, apoyo socioemocional, refuerzo para el aprendizaje y participación de la comunidad.