CIUDAD DE MÉXICO, febrero 29 (EL UNIVERSAL).
Nuevamente uno de los acuíferos que se encuentran por debajo de las obras del Tren Maya fue contaminado.
Se trata de un derrame de concreto documentado el pasado 27 de febrero, en esta ocasión ocurrido en la cueva conocida como «Dos Balas», el cual fue denunciado por José Urbina, buzo y activista de Selvame del Tren, en redes sociales.
En las imágenes compartidas por Urbina se observan los daños a la caverna, así como las huellas de un animal que pasó cuando el cemento aún se encontraba fresco.
«Estas son las cuevas que dijeron que están protegiendo. Estas formaciones han estado creciendo aquí lentamente durante cientos de miles de años, algunas de ellas son más antiguas incluso que la especie humana y hoy están siendo destruidas», señaló en el clip.
Urbina, y un trabajador de este proyecto, que decidió mantenerse anónimo, coincidieron en que no se están teniendo los suficientes cuidados para no afectar el ecosistema debido a la premura de entregar la obra a tiempo.
Pero este no es el único caso similar que ha denunciado, pues en otro acuífero que también se encuentra ubicado el tramo 5 del Tren Maya, en el sistema de cuevas Garra de Jaguar, fue derramada una gran cantidad de cemento y pese a que el hecho habría ocurrido entre el 3 y 4 de febrero, hasta la fecha las autoridades no se han manifestado al respecto.
De acuerdo con el trabajador de este proyecto este derrame ocurrió en la madrugada, cuando se encontraban «hincando» un ADM metálico (estructura de metal) para introducirlo en una de las perforaciones que se han hecho en el suelo.
«Por lo mismo de que hay estalactitas, estalagmitas, cuarzo; esos son materiales muy difíciles de perforar, entonces cuando tu metes un ADM y no perforas bien se te puede rasgar el acero y le ha de haber hecho una pequeña fisura. (…) Comenzaron a vaciar y a vaciar y no subía el concreto. Fue falta de experiencia, atención y también los contratistas que son muy necios decían ‘tú síguele echando ahorita va a subir’, hasta que se dieron cuenta que llevaban aproximadamente 200 metros cúbicos ahí vaciados.», dijo.
Al respecto Urbina señaló que al intentar hacer buceo en el lugar el sedimento era tan espeso que no pudo llegar a los agujeros, ya que las condiciones del agua le impedían ver el camino; días después regresó al sitio y manifestó que el agua estaba gris, por lo que decidió retirarse y volver al lugar una vez se asentara lo que observó en el acuífero.
«No podía creer que las burbujas golpeaban en las estalactitas que estaban sobre mí y caía un polvo gris como si fuese ceniza. Si tu veías las formaciones que estaban alrededor están todas cubiertas de este polvo porque todo se inundó, se fue asentando y se depositó en todas partes. Yo en algunas partes introducía el brazo tratando de llegar al fondo donde estaba el sedimento natural de la cueva y a pesar de que llevaba hasta el hombro, no llegaba», comentó.
El derrame de cemento no es la única preocupación de Urbina, pues también ha documentado que los pilotes introducidos en el acuífero se están oxidando, además al menos dos, de los tres observados por el buzo, en esa ocasión, presentan daños lo que provoca que el concreto en su interior contamine el agua.
«Ahí fue cuando vimos no solamente uno de los pilotes rotos, vimos otro con una cortada, también un desgarro más pequeño y solamente vimos tres. Las posibilidades de que esto haya sucedido en otros son enormes. Sabemos con certeza que ha sucedido en otros lugares por los reportes que han dado trabajadores de cuánto concreto han tenido que inyectar», manifestó en entrevista antes del segundo hallazgo de derrame de concreto.
«Nosotros entendemos que está sucediendo esto continuamente, pero los ambientalistas no nos enteramos porque si no hubiese sido porque un ambientalista estaba por allí, nunca lo hubiéramos sabido. No es que salieron a reportar: ‘se van a detener las obras porque hay un accidente y entonces tenemos que garantizar que no se contamine el agua’; no pasó eso», agregó.
Al respecto, el empleado del Tren Maya expresó que el proyecto no está mal diseñado y cuenta con las medidas para que el daño al medio ambiente sea mínimo, por lo que manifestó se trató de un «error humano» que se debió a la presión de entregar la obra a tiempo.
«No te estoy diciendo que todo está mal, fue ahorita más por lo de los tiempos, no sé qué órdenes vengan de arriba, no sé qué temas haya de dinero, pero de que sí ya tienen prisa, tienen prisa, y quieren terminar sí o sí», señaló.
Urbina coincidió en que la presión por la entrega es un factor que ha generado la contaminación del agua y reprochó que no se haya hecho nada al respecto.
«Un proyecto responsable en el primer derrame se hubiera detenido y hubieran dicho: ‘algo estamos haciendo mal, hasta que no encontremos la forma para hacerlo bien no continuamos’, pero como todo el proyecto tiene una urgencia proselitista, no les importa», señaló.
Además, agregó que asumir que una magna obra que se hace por medio de un decreto en velocidad récord, es presumir que no saben lo que están haciendo, que no les importa, y que la prioridad es hacerlo rápido, no hacerlo bien.
El pasado 23 de febrero, durante su conferencia matutina, el presidente Andrés Manuel López Obrador reiteró que de 80 a 90 de los 120 km del tramo que va de Cancún a Tulum son de viaducto para dar paso libre a la fauna y no afectar ríos subterráneos y cenotes.
Aprovechó para criticar a los que calificó como «pseudoambientalistas», asegurando que estos recibieron «moches» de una empresa constructora para que les permitieran hacer una obra y aunque no mencionó de qué obra se trataba, estas declaraciones las realizó mientras hablaba del Tren Maya.
Además, aprovechó para informar que las obras del tren no se van a detener y que el tramo 5 norte que va de Cancún a Playa del Carmen se inaugurará el 29 de febrero.
«Estas declaraciones se suman a las de ‘no se cortará un solo árbol, tenemos los permisos’, una cantidad de mentiras que solamente encuentran eco en la propaganda, las acusaciones que a los ambientalistas les pagan el dueño de Xcaret, Calica, el gobierno de Estados Unidos, el Marajá de Pocajú, nunca han demostrado sustento, nunca ha levantado una denuncia. No recibimos pago alguno, ojalá pudiéramos tener fondos para defender con mucha mayor capacidad y recursos la selva», dijo José Urbina respecto a las declaraciones del mandatario.
Asimismo, compartió que por el primer derrame y la oxidación de los pilotes en el acuífero levantó una denuncia ante la Profepa, quienes en el oficio PFPA/5.3/2.C.28.2/02212 compartieron que después del análisis realizado a los antecedentes de la problemática denunciada se emitió acuerdo de admisión a investigación, comprometiéndose a visitar la zona para atestiguar el daño.
«Alzamos la voz como la habíamos hecho antes, esto no es nuevo, por primera vez los medios lo convirtieron en noticia porque nos estábamos enfrentando al Gobierno, pero nosotros no estábamos haciendo nada que no hubiéramos hecho antes contra parques temáticos, contra minas, contra hoteles, siempre ha habido un grupo de gente que protege su hogar y nuestra intención era compartir nuestros conocimientos, llevarlos a Palacio Nacional y decirles ‘miren esto es lo que sucede, esta es la riqueza, estos son los tesoros que hay en la selva’ y les hablamos de los vestigios arqueológicos, les queríamos hablar de los vestigios paleontológicos, del agua, de la fauna y nos cerraron la puerta», señaló Urbina.
Agregó que no se encuentran en contra de este tipo de proyectos, de empresas u hoteles, de que vayan turistas a la zona, pero están a favor de que se le dé prioridad al derecho o medioambiente sano, «si respetas eso, has lo que quieras, si no lo respetas nos va a salir más caro a todos incluyéndote a ti».