Finalmente hizo crisis el Sector Salud de Aguascalientes con el desabasto de medicamentos para niños que padecen cáncer, pues por la falta de éstos, se cotizan carísimo en el mercado negro, al que se ha tenido que recurrir.
En descargo, este problema no es exclusivo de Aguascalientes, pues en prácticamente toda la República se tiene el mismo problema, incluso en la capital del país han sido constantes las protestas de padres con niños enfermos, por lo que la manera más efectiva para que medio les hagan caso, es cerrar todos los accesos al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Pero el origen de este desgarriate no es otro que la centralización que pretende hacer el presidente López Obrador en el Sistema de Salud, como en varios más, ya que en este rubro no autorizó compras anticipadas de medicamentos y vacunas, pues recordemos que desde que empezó el sexenio también se ha registrado desabasto de distintos biológicos; el problema ya entró en crisis y las consecuencias están a la vista.
De por sí, durante años derechohabientes de las instituciones de salud pública se han quejado de que no encuentran todos los medicamentos del cuadro básico que les recetan, sobre todo los que son para padecimientos cronicodegenerativos como diabetes e hipertensión, pero esto, sobrepasa todo lo esperado.
Obviamente, las que se han aprovechado de esta situación son las grandes empresas farmacéuticas que, por ejemplo, en tiempos de pandemia han duplicado costos de medicamentos que se utilizan para tratar la infección, cuando los hay porque asimismo se da el caso de que también son escasos por la gran demanda de la población que prefiere tratarse en casa.
Pero antes del problema de salud pública que afecta a todo el mundo ya había escasez de algunas fórmulas, pero si a esto le agregamos el entramado burocrático, la situación simplemente se desbordó.
En la Entidad por el momento se ha resentido esta grave crisis, pues las autoridades del Sector Salud reconocen que han tenido que recurrir al mercado negro y comprar los fármacos al precio que los tengan ya que no pueden dejar a los niños con cáncer sin medicamentos, pero ahora se agrega también el desabasto para enfermos renales, lo que aumenta aún más la presión para todos, pues los familiares son los que los tienen que conseguir las medicinas, en muchos de los casos, cuesten lo que cuesten.
Aquí las responsables de las compras también tienen la velada amenaza de meterse en problemas legales, porque comprometen las finanzas de las instituciones de Salud, es decir, que todos salen perdiendo.
Ahora los afectados son como siempre, los más vulnerables, los niños, y ahí es donde pega más, pues es más que entendible la desesperación de los padres de familia que buscan conseguir los medicamentos que pueden significar la diferencia entre la vida y la muerte para sus hijos.