México, 8 nov (EFE).- Federico Acosta y Ascanio Pignatelli, descendientes del emperador mexica Moctezuma II y del conquistador español Hernán Cortés, se fundieron este viernes en un abrazo para sanar las heridas de la conquista española en el día en que se cumplieron 500 años del encuentro entre ambos personajes.
Reunidos con motivo de un documental, el mexicano Acosta y el italiano Pignatelli se encontraron frente a la iglesia Jesús de Nazareno, en el centro de Ciudad de México, que alberga en su interior los restos de Cortés.
Un mural de talavera rememora que fue en este, a las puertas de la antigua ciudad de Tenochtitlan, donde supuestamente Moctezuma II recibió a Cortés y sus tropas el 8 de noviembre de 1519.
Aunque ese primer encuentro fue amistoso, la conquista culminó el 13 de agosto de 1521 con la caída de Tenochtitlán tras ser sitiada por los españoles y sus aliados indígenas, que eran enemigos de los mexicas, algo que dejó unas heridas históricas que los dos descendientes quisieron sanar hoy.
«Quiero pedirte perdón por todo lo malo que pasó con nuestros ancestros», dijo Pignatelli, descendiente de Cortés, a Acosta, descendiente de Moctezuma, antes de darse un simbólico abrazo durante una ceremonia en el Museo de la Ciudad de México.
Acosta, quien reivindicó los grandes avances sociales y tecnológicos de la civilización mexica, respondió que no necesita unas disculpas por la conquista puesto que los mexicanos son herederos tanto de los indígenas como de los españoles.
«Negarlo sería darnos un tiro en el pie porque el 90 % de los mexicanos somos mestizos con sangre española y azteca», expresó el descendiente de Moctezuma, quien defendió: «Tuvimos un mestizaje y nos fue mucho mejor que si hubiera venido cualquier otro pueblo de Europa; muchos otros nos hubieran exterminado».
Acosta opinó que, 500 años después de la conquista, México necesita «recobrar su identidad» y superar las divisiones internas para así lograr todo lo que se propone.
«Si lo logramos, podemos ser mejores en todo», expresó.
Por su parte, Pignatelli, quien ha recorrido México gracias al documental, explicó que ya se siente mexicano y defendió que el país latinoamericano debe «dejar el pasado en el pasado» para superar la «energía negativa» que lo limita.
Pignatelli, nacido en Roma, proviene de una familia italiana con numerosos títulos nobiliarios a la que se unieron descendientes de Cortés.
Mientras que Acosta es sucesor de decimosexta generación de Moctezuma II, fruto de la unión en quinta nupcia que tuvo Isabel Moctezuma, hija del emperador mexica, con el conquistador español Juan Cano.
El encuentro de ambos descendientes fue posible gracias al rodaje del documental «El reencuentro, 500 años de Moctezuma y Cortés», dirigido por el mexicano Miguel Gleason.
Durante la ceremonia, Gleason sostuvo que su filme no es un documental histórico, como centenares que ha habido sobre la conquista española del actual México, sino «un documental de sanación» de las divisiones que existen en el país.
«Estoy enamorado de México y quiero que México sane porque sé que esos dos mundos de hace 500 años siguen existiendo y me da tristeza que en vez de estar juntos siga habiendo divisiones», expresó emocionado.
POLÉMICA POR LA CONQUISTA
En marzo pasado, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, propició un enfriamiento en las relaciones con España cuando pidió por carta al rey Felipe VI y al papa Francisco que se disculparan por los abusos de la conquista, palabras que hoy volvió a repetir.
«No le dejo de pedir al Rey de España y al papa Francisco que, con humildad, también se pida perdón por los abusos que se cometieron durante la conquista y la dominación colonial», dijo este viernes en un mitin en Yucatán.
Según el presidente, esta petición «no es ninguna ofensa» sino un proceso de reconciliación para que México y España vean «hacia el futuro como hermanos».
Además, López Obrador también se ha comprometido en pedir disculpas a los pueblos indígenas por los abusos cometidos por parte del Estado mexicano tras la independencia del país.
Historiadores han calificado esta petición de disculpas como extemporánea, dado que ni España ni México existían como Estados nación en esa época, y ambos países son herederos de ese evento histórico.