CIUDAD DE MÉXICO, noviembre 26 (EL UNIVERSAL).- El acné, ese invitado indeseado que parece empeñado en quedarse, puede convertirse en un verdadero fastidio en la vida cotidiana. Sus visitas constantes a la piel no solo afectan la apariencia física sino también la confianza y el bienestar emocional de quienes lo padecen.
Este intruso dermatológico no discrimina, ya que cualquier individuo puede sufrir sus molestias. En hombres suele resolverse entre los 20-25 años, mientras que, en las mujeres, persiste hasta los 30-40 años. Las áreas más propensas al acné son la cara, el cuello, la espalda, el pecho y los hombros, dejando cicatrices que pueden perdurar.
Afortunadamente, combatir este tedioso compañero es posible con paciencia y cuidado adecuado. Eliminar el acné implica adoptar hábitos de limpieza de la piel y seguir estrategias específicas que ataquen sus raíces. La Dra. Pilar Gil, dermatóloga de la Clínica Universidad de Navarra, ofrece algunos consejos para decirle adiós a este intruso cutáneo.
El acné se produce como consecuencia de un taponamiento de los folículos de la piel.
• Limpieza diaria con cuidado por la mañana y por la noche es esencial. Para pieles grasas, un jabón especial y tónico son recomendados, mientras que, para pieles secas, una leche limpiadora es preferible. El agua micelar se puede utilizar en todos los tipos de pieles.
• Sumamente recomendado es el uso diario de cremas hidratantes seborreguladoras o matificantes para ayudar a reducir la producción de grasa, un factor desencadenante del acné.
• Pese a que los alimentos y el estrés en sí no causan acné, se relacionan con el sobrepeso, debido a que, si una persona decide disminuir su peso, notará mejoras en sus lesiones cutáneas.
• Para tratar cicatrices, existen cremas con ácido retinoico, un derivado de la vitamina A. Además, se recomiendan técnicas como el láser CO2 fraccionado, ya que también es sumamente efectivo.
Si bien puede resultar incómodo y a veces doloroso, hay muchas formas de tratarlo. El acné se clasifica en 3: Leve, moderado y grave, y el tratamiento varía según su intensidad. Ante esto, es fundamental consultar a un dermatólogo para determinar la mejor estrategia, asegurándose que los tratamientos sean efectivos y sin cicatrices.