“Es mucho más fácil matar un fantasma que a la realidad”. VIRGINIA WOOLF
Hemos entrado ya a una crisis económica devastadora que podría terminar siendo la peor de la historia.
En abril, el indicador de actividad industrial cayó 29.6 por ciento en comparación anual, la peor cifra desde que tenemos registros. La construcción lo hizo en 38.4 por ciento, las manufacturas en 36.5.
En mayo se perdieron 344,522 empleos formales registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social. De enero a mayo desaparecieron 838,272. Pero esas cifras son sólo de los trabajadores formales registrados en el IMSS, y pocos en nuestro país tienen ese privilegio.
La población ocupada en la economía informal era de 31 millones de personas en abril. Para mayo sólo quedaban 20.6 millones. Es una pérdida de 10.4 millones de empleos informales. Por otra parte, el desplome de empleos formales no se limita a los trabajadores registrados en el IMSS. En abril había 24.7 millones de personas empleadas en la economía formal, pero en mayo quedaban 22.6 millones. Es decir, 2.1 millones perdieron su empleo formal en un solo mes, según el INEGI.
La tasa de participación en el mercado laboral se desplomó de 59.8 por ciento de la población en marzo de 2020 a 47.5 por ciento en abril. Es una caída de 12.5 millones de personas en la población ocupada. El INEGI nos dice que no son parte de la población económicamente activa, pero lo eran hasta abril.
De los 20 millones de personas disponibles para trabajar en mayo, pero que no estaban económicamente activas, 11.3 millones dejaron de laborar sin recibir pago debido a una suspensión temporal de su trabajo. La población que está trabajando, pero necesita hacerlo más, pasó de 5.1 millones a 11 millones entre abril y mayo de 2020.
La desaparición de empleos ha sido especialmente alta en los pequeños negocios. En marzo del 2020, 22.8 millones de personas trabajaban en micronegocios, pero la cifra cayó a 14.7 millones en mayo. En total, 8.1 millones de personas que trabajaban en estas empresas minúsculas perdieron su empleo.
Los pobres son las principales víctimas de este desastre económico. El salario base de los trabajadores que aún tienen empleos registrados en el IMSS tuvo un aumento nominal anual de 8.1 por ciento, el más alto para un mes de mayo en una década. Pero no es producto de que las empresas hayan aumentado sueldos, sino de que quienes están perdiendo sus trabajos ganaban menos, lo que sube artificialmente el sueldo promedio de cotización. Según el Coneval, el número de personas en pobreza extrema por ingresos podría aumentar entre 6.1 y 10.7 millones por la crisis. La pobreza laboral, la que sufren quienes están trabajando, pero no pueden pagar una canasta básica de alimentos, aumentaría de 37.3 a 45.8 por ciento en los dos primeros trimestres de 2020.
La crisis no es exclusiva de México, sino de un colapso internacional provocado por la pandemia y las medidas de confinamiento ordenadas por los gobiernos. Pero en México ha sido peor que en otros países por las acciones previas del régimen para atacar a la inversión productiva y por su falta de políticas para enfrentar el desplome.
En medio del desastre, el sábado 13 de junio el presidente López Obrador difundió un video desde Palacio Nacional con un decálogo para “salir del coronavirus y enfrentar la nueva realidad”. Sus consejos incluyen actuar con optimismo, dar la espalda al egoísmo, alejarse del consumismo, alimentarse bien y eliminar actitudes racistas y clasistas. No hay duda de que la realidad se ve distinta desde un palacio.
HOY NO CIRCULA
Se suspende ya el Hoy No Circula de emergencia en la Ciudad de México y su área conurbada. ¿Para qué sirvió? Para generar más aglomeraciones y contagios, y para demostrar que la contaminación del aire no es provocada principalmente por los autos.
Twitter: @SergioSarmiento