Las familias destinan al menos el 10% de sus ingresos totales a la compra de refrescos y su consumo promedio es de más de 163 litros al año por persona, siendo la ingesta de este tipo de productos uno de los factores que detonan la aparición temprana de enfermedades de alto riesgo, como la obesidad, diabetes, insuficiencia renal y derrames cerebrales que acortan la vida de las personas.
Luego que un estudio de la organización El Poder del Consumidor reveló que la ingesta de refrescos inciden en la muerte de más de 40 mil personas al año en el país, autoridades de las instituciones de salud y médicos coincidieron en precisar que el consumo de refresco es una práctica muy arraigada, al grado de que incluso hay casos donde en lugar de pecho o de fórmulas lácteas, las madres prefieren darles refresco o agua azucarada a los niños.
El consumo excesivo de refresco genera adicción, aunque lo más preocupante es que impacta en la salud de las personas, por lo que en la consulta médica ahora se están viendo casos de obesidad, sobrepeso, diabetes e incluso de enfermedades arteriales coronarias en personas jóvenes.
La ingesta de bebidas azucaradas se torna preocupante, pues se sabe que más del 90% de la población consume refrescos de manera ordinaria y que 7 de cada 10 niños en comunidades rurales del país desayunan con refresco, en lugar de leche fresca.
Según la organización Contrapeso, el consumo de bebidas azucaradas se triplicó entre los adultos mexicanos en la última década, frente a lo cual a México se le ubica como el primer consumidor de ese tipo de productos en el mundo, con un promedio de 163 litros por persona al año, siendo este consumo 40% mayor al que registra Estados Unido.
Los médicos consultados sobre el impacto del refresco en la salud de las personas coincidieron en referir que lamentablemente la ingesta de las bebidas azucaradas forma parte de la dieta y de la cultura misma de la población, por lo que suele ser común que la ingesta de refrescos se vea como algo normal lo mismo entre niños, jóvenes, adultos y personas mayores, cuando en realidad se trata de productos que afectan la salud y más cuando hay exceso en su consumo.
En ese sentido, los profesionales de la salud advirtieron que el aporte calórico que dan los refrescos se convierte en un factor de riesgo importante para desarrollar obesidad y síndrome metabólico, por lo que recomendaron limitar o eliminar de la dieta de las personas de todas las edades.