Tucson (AZ), 8 dic (EFE).- La desesperación de los migrantes concentrados del lado mexicano de la frontera ha producido una nueva modalidad para llegar a los Estado Unidos: una carrera desesperada y peligrosa hacia los agentes fronterizos entre los automóviles que avanzan para cruzar a Nogales (Arizona).
Los migrantes avanzan hacia el norte por los carriles vehiculares a bordo de vehículos alquilados o comprados en México y, justo antes de llegar al punto de inspección, salen corriendo para entregarse a los agentes fronterizos estadounidenses y pedirles asilo.
En el cruce de Nogales la abundancia de casos ha hecho que en los últimos días se haya incrementado la presencia de agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) en el punto de control y que haya barricadas en algunas vías de acceso.
La semana pasada se produjeron largas filas de espera en el cruce, al tiempo que CBP informaba de esta nueva modalidad.
La respuesta del lado mexicano ha sido que oficiales de la Policía federal de México vigilen el tráfico en dirección a la garita de Nogales en busca de personas «sospechosas» sin la documentación requerida para ingresar a los Estados Unidos.
Para algunas organizaciones civiles, la nueva y arriesgada práctica responde a la desesperación que viven los migrantes al tener que esperar tres meses o más por la oportunidad de presentar sus casos de asilo en las garitas.
«Actualmente, del lado mexicano y en la frontera con Arizona tenemos unos 3.000 inmigrantes indocumentados esperando, algunos de México, Venezuela, Cuba, Honduras y Guatemala», dijo a Efe Katie Sharar, representante de la Iniciativa Kino para la Frontera.
La «desesperación» aumentó después de que el Gobierno indicó el viernes que expandía el Programa de Protección de Migrantes (MPP) al Sector Tucson de la Patrulla Fronteriza, que abarca el 90 % de la frontera de Arizona.
CBP informó que el MPP fue implementado en la garita de Nogales cuando nueve ciudadanos venezolanos invadieron a la carrera los carriles del tránsito para entrar al país.
Los venezolanos fueron procesados bajo este controvertido programa, conocido también como «Permanecer en México», y enviados a El Paso, Texas, para su posterior traslado a México.
Para activistas como Sharar, la implementación del MPP en la frontera de Arizona solo aviva la desesperación de los migrantes que no quieren esperar tanto tiempo para presentar sus casos.
«Los albergues del lado mexicano están saturados, muchos temen ser víctimas del crimen organizado, duermen en las calles, bajo temperaturas congelantes», dijo Sharar.
Marcos, un inmigrante cubano recientemente liberado por la Patrulla Fronteriza y quien no quiso dar a conocer su apellido, dijo a Efe que entiende la desesperación, pues la experimentó en carne propia.
«Somos muy pocos los que estamos logrando pasar; la gente ya no aguanta más en los albergues en México, no hay ayuda, hay gente enferma, hay mucho dolor», dijo el cubano, que esperó para cruzar cuatro meses en la frontera de Texas y otros dos meses en la de Arizona.
«Por eso hay gente que se está tirando al río (Río Grande) para cruzar y otros que como yo cruzamos por el monte», dijo el inmigrante tras sortear la frontera cerca de Yuma.
Sin embargo, CBP asegura que la gente que intenta evadir el proceso y cruzar por los carriles vehiculares no son aquellos que están esperando para poder presentar sus casos de asilo, sino personas «recientemente» llegadas a la demarcación.
Para la abogada de inmigración Claudia Arévalo, este tipo de casos demuestra el caos y en el limbo en que se encuentran los migrantes.
La jurista explicó que, por ley, los agentes de CBP deben procesar a todos los que ingresan al país, inclusive si es por un carril de automóviles.
«La Administración Trump les está cerrando todas las vías a esta gente para poder solicitar el asilo; pedir asilo no es ningún delito», sostuvo Arévalo.
Según indicó, ha tenido casos en los que los migrantes han esperado tres o cuatro meses para presentarse en los puertos de entrada, para que después les digan que tienen que regresar a México y esperar otros cuatro meses hasta ser citados a la corte por primera vez.
«Tengo un caso actualmente donde a mi cliente le han dado fecha hasta marzo para presentarse en corte, mientras tiene que permanecer en México. No sabe si logrará esperar tanto tiempo», ejemplificó la abogada.