México, 4 oct (EFE).- Analistas mexicanos destacaron este viernes el papel de la Constitución española de 1978 como precursora e inspiradora de cambios democráticos en América Latina y el mundo, durante un conversatorio en el Centro Cultural de España en México.
En el encuentro «España en democracia, 40 años de la Constitución española», organizado por el Centro Cultural y la embajada española, el destacado historiador y escritor Enrique Krauze dijo recordar «la gran sorpresa histórica de que España optaba pacíficamente por la democracia».
Krauze, miembro de la Academia Mexicana de Historia, aludió a la «leyenda negra» por la cual «en aquellos años se pensaba que los pueblos del tronco español estaban culturalmente incapacitados para la democracia».
«Algo había en el ADN de la cultura española que no hacía difícil sino imposible el tránsito a la democracia. Eso es lo que se pensaba», abundó.
Refirió que en la década de 1970 había una «nueva ola revolucionaria en América Latina» y empezaban a aparecer dictaduras militares en la región, «de modo que podíamos considerar que sí, que había una especie de fatalidad cultural».
«Bueno, he aquí que España estaba dando la muestra, a finales de los años setenta, de que podía transitar mediante un acuerdo histórico entre las fuerzas antagónicas, dejar atrás el pasado y construir una democracia liberal moderna».
Consideró que eso fue «un acto histórico no solo para España sino para todo el orbe español, porque desmentía no solo que era una cultura oscurantista, dogmática y tiránica, sino también incapacitada para la democracia».
«Fue tan importante esa transición, la Constitución, los primeros gobiernos democráticos en España, que se adelantaron al deshielo del Este, se adelantaron por dos o tres años al movimiento Solidaridad en Polonia», expuso.
España, en suma, «estaba dando una lección no solamente al orbe hispano sino a todo el orbe: se podía transitar de una dictadura a la democracia por una vía concertada y civilizada», acotó.
El periodista y escritor Sergio Sarmiento coincidió con Krauze en que «España se convirtió en un ejemplo de transición democrática, no solo para México sino para toda América Latina».
Recordó que muchos años después de la transición española entrevistó Felipe González, quien fue presidente del Gobierno de España de 1982 a 1996, quien le enfatizó que «una de las razones por las que España había podido tener una transición tan exitosa fue el papel que había tenido la oposición».
«No se puede construir una democracia si no puedes dialogar con quien piensa distinto a ti. En el momento en que se pierde el diálogo, en que la bomba molotov o el fusil toman el lugar de la conversación, estamos condenando cualquier transición, cualquier proceso político», sostuvo.
Aseveró que la experiencia española «marcó una pauta para construir en México una verdadera democracia».
«La hemos ido construyendo con muchos problemas, hemos avanzado algo, pero quizá porque no entendimos ese mensaje de Felipe González de que para construir una democracia tienes que aprender a hablar con las oposiciones. Por eso seguimos luchando por construirla», puntualizó.
En su oportunidad, el embajador de España en México, Juan López-Dóriga Pérez, recordó que él tenía 16 años cuando murió el dictador Francisco Franco y que la primera vez que votó fue en el referéndum del 6 de diciembre de 1978 que ratificó la Constitución.
«Todo lo que ha sucedido en España desde entonces es en cierta medida la obra de un grupo de generaciones que incluye la mía», dijo el diplomático.
Señaló que si se contrasta la España de la dictadura y la actual, «que es una democracia plena, moderna, avanzada, abierta (…), no es aventurado decir que el país de entonces no tiene mucho que ver con el de ahora».
El conversatorio, efectuado en vísperas de la Fiesta Nacional de España el 12 de octubre, cerró un ciclo de actividades iniciadas en 2018 para conmemorar el 40 aniversario de la Constitución española.