La Fiscalía belga informó este viernes de la presencia de brucina, una sustancia tóxica cuando se ingiere o entra en contacto con la piel, en tres cartas dirigidas a la oficina del ministro de Justicia, Paul Van Tigchelt , al Palacio de Justicia y a la sede de los servicios de inteligencia de Bélgica.
Cada uno de los tres sobres iba dirigido, por separado, a una de estas instituciones, y fueron interceptados este jueves por la tarde en varios puntos de Bruselas al detectar un polvo cristalino blanco, que es la forma en la que se presenta la brucina, según explicó la Fiscalía belga, en declaraciones recogidas por la prensa local.
El Ministerio Público puso en marcha una investigación para averiguar quién envió las cartas, cuya identidad de momento se desconoce, y por qué motivos.
La Fiscalía aclaró que, según las primeras pesquisas, este suceso no está relacionado con la oleada de tiroteos vinculados al narcotráfico que ha habido durante la última semana en Bruselas, y que han dejado un muerto y varios heridos graves.
Ninguna persona que estuvo en contacto con el polvo tóxico de las cartas sufrió daños, pero fueron de todos modos aisladas, desinfectadas y examinadas por un médico, a la par que policía y bomberos también establecieron perímetros de seguridad en todos los lugares donde se detectó la sustancia sospechosa.
La Fiscalía pidió un análisis del polvo, que reveló que se trataba de brucina, una sustancia que en el pasado se usaba como veneno para ratas, y que en humanos provoca náuseas, vómitos, contracciones musculares y, en dosis elevadas, convulsiones graves. EFE