Irapuato.- Las autoridades mexicanas detuvieron a tres presuntos autores materiales de la masacre con 27 muertos en Irapuato, Guanajuato, en un crimen que atribuyen al Cártel de Santa Rosa de Lima.
De acuerdo con datos de la Fiscalía estatal presentados este lunes, el 1 de julio estos tres sujetos con armas largas y cortas ingresaron al centro de rehabilitación que consta de dos pisos, el primero destinado a las mujeres y el segundo a los hombres.
El comando armado amenazó a las mujeres para luego subir a donde estaban concentrados los hombres. Ahí forzaron la puerta donde estaban encerrados y les ordenaron recostarse boca abajo.
«En ese momento los responsables les comienzan a preguntar si conocen y si está en el lugar una determinada persona y al recibir respuesta negativa comienzan a disparar en contra de todas las personas que se encontraban en la segunda planta», informó la Fiscalía estatal en un comunicado que detallaba la cronología de los hechos.
En el segundo piso fueron asesinadas 21 personas y varios heridos. Y posteriormente los delincuentes bajaron y dispararon contra otros 3 hombres que se encontraban en esa planta, quienes perdieron la vida en el lugar. Finalmente, los agresores huyeron.
El saldo final del ataque fue de 27 personas muertas -algunas perecieron en el hospital- y 8 lesionadas.
SANTA ROSA DE LIMA
Este domingo, miembros de la Agencia de Investigación Criminal y de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado de Guanajuato detuvieron a los tres presuntos responsables, de los cuales uno ya contaba con detenciones previas.
Según la Fiscalía General del Estado, existen «datos fundados» para suponer que los detenidos pertenecen al Cártel de Santa Rosa de Lima, encabezado por José Antonio Yépez Ortiz, alias El Marro.
También informó que hay otras investigaciones en curso en contra de estas tres personas por otros delitos cometidos después de la masacre en Irapuato.
CHOQUE EN LOS «ANEXOS»
En Guanajuato, estado ubicado en el centro de México con aproximadamente 6 millones de habitantes, los centros de rehabilitación -conocidos como anexos- han sido escenario de escandalosos crímenes enmarcados en la guerra que protagonizan el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Santa Rosa de Lima por controlar el robo de hidrocarburo y el tráfico a pequeña escala en la región, hoy epicentro de la violencia en México.
Por ejemplo, en diciembre de 2019 un grupo armado ingresó a uno de estos establecimientos en el municipio de Irapuato -segunda ciudad más grande del estado con poco más de 600.000 habitantes- y se llevó a 25 jóvenes que estaban ahí internados.
Días después, 13 de ellos fueron liberados y presentaron marcas de golpes, pero del resto aún se desconoce su paradero.
LA VIOLENCIA CONTINÚA
Este año la situación no cambió. En febrero, en la misma ciudad, un grupo con armas de fuego ingresó a otro anexo para raptar a 5 personas -posteriormente aparecieron con vida cuatro de ellos- pero también incendió dos casas aledañas, un taller mecánico, así como algunos automóviles y motocicletas.
Cuatro meses después, el 6 de junio, un comando armado asesinó a diez internos al interior de otro centro de rehabilitación.
Y cuando parecía que la violencia había encontrado un límite, llegó el 1 de julio, una fecha que quedará marcada como el día en que ocurrió el acto más violento en la historia reciente de Guanajuato con el asesinato a sangre fría de 27 jóvenes de este centro de rehabilitación.
«Evidentemente que esto es una situación del crimen organizado, es la disputa entre las diferentes bandas o cárteles que existen en la región», aseguró José Ricardo Ortiz Gutiérrez, presidente municipal de Irapuato, un día después del ataque.
Días antes de la última masacre, el secretario de Seguridad Pública de Guanajuato, Alvar Cabeza de Vaca, había advertido ante diputados locales que algunos de estos lugares, sobre todo aquellos que operan sin contar con los permisos necesarios, son «semilleros de delincuencia organizada».
Así, los centros de rehabilitación son una pieza más en la partida de ajedrez que en Guanajuato disputan desde hace al menos tres años José Antonio Yépez y Nemesio Oseguera Cervantes -alias El Mencho-, cabeza del Cártel Jalisco Nueva Generación.
En tanto, autoridades federales, estatales y municipales, parecen ser solo espectadores de ese enfrentamiento, que de enero a mayo ha dejado un saldo de 1.903 homicidios dolosos en Guanajuato, lo que significa que en promedio 12 personas son asesinadas al día.
México registró en 2019 un total de 34.608 homicidios dolosos y 1.012 feminicidios, siendo el año más violento desde que se tienen registros.
Solo en Guanajuato se reportaron 3.540 homicidios el pasado año, más del 10 % del total.