Aguascalientes.- Deudas, recibos de agua y luz rezagados, las cuotas que el INFONAVIT no perdona y una familia qué mantener con ingresos que a duras penas llegan al mínimo quincenal, es el panorama que enfrentan los trabajadores afectados por la crisis del Covid-19.
“A veces no te queda ni para el camión, los últimos 200 pesos que me quedan los tengo que hacer rendir hasta el fin de mes, supe que el Gobierno está dando apoyos económicos a los trabajadores afectados, así que me gasté 20 pesos en camiones para ir a las oficinas a que me anotaran, pero resulta que ya cerraron los registros”, comenta Sandra “G”.
Ella es mesera desde hace más de 10 años, sin embargo cuenta con estudios en Pedagogía infantil, y asegura que no ha sido fácil salir adelante, el salario en las escuelas privadas es muy bajo y acceder a una plaza pública es un sueño, “encontré una oportunidad en un restaurante y me acomodé, las propinas eran buenas, pero ahora ni cómo tener ese dinero extra”, señaló al detallar la difícil situación económica que en este momento se enfrenta al igual que los trabajadores de su gremio.
Desde hace un mes nos mandaron a “descansar” a casa por los riesgos del coronavirus, y estamos ganando el salario mínimo, peor es nada, pero no alcanza para cubrir los gastos, lo que nos hace fuertes son las propinas y con el cierre de restaurantes nos quedamos sin ese dinero extra que duplicaba el salario base.
Mencionó que algunos de sus compañeros están en espera de recibir los apoyos, sin embargo no todos han sido tomados en cuenta, por lo que demandó a los gobiernos sensibilidad y que verdaderamente se apoye a quienes están necesitados en estos momentos.
“No es posible que las autoridades ni siquiera saben cuánto tiempo va a durar esta situación le pongan fecha al registro para recibir los apoyos, las necesidades están presentes todos los días y el hambre no tiene fecha, cuando no hay dinero siempre todo el tiempo”, agregó.
Mientras tanto espera que no le corten el agua, ni la luz, y está en busca de empleos temporales para completar el gasto.
Actualmente su salario quincenal oscila en los 1,300 pesos, lo que muy apenas le alcanza para dar abonos incompletos de sus deudas, “pues cuando no hay para comer tienes que pedir prestado”.