En el fin de semana que recién concluyó se conmemoró el Día Mundial de la Diabetes, enfermedad que tiene en sus garras a 12 millones de mexicanos.
El terrible mal, que hasta antes de la pandemia del Covid-19 ocupaba el primer lugar en causas de muerte en México, ahora se coloca en el segundo y compromete al Sistema de Salud en nuestro país, pues a consecuencia de este padecimiento se derivan casi todos los problemas que requieren atención médica: gangrena, ceguera, insuficiencia renal, daño en los nervios, impotencia sexual, hipertensión y un largo rosario de afectaciones.
Pero, ¿qué es la diabetes? La diabetes es una enfermedad crónica que se origina porque el páncreas no sintetiza la cantidad de insulina que el cuerpo humano necesita, la elabora de una calidad inferior o no es capaz de utilizarla con eficacia.
En palabras llanas: el cuerpo no es capaz de procesar los azúcares; dividiéndose la enfermedad en tres categorías: diabetes 1, diabetes 2 y diabetes gestacional.
La mayoría de los mexicanos presenta la diabetes tipo 2, y lamentablemente los pacientes no saben que viven con ella, o no la controlan.
El sobrepeso y la obesidad juegan un papel principal para el desarrollo de este mal, pues es sabido que el exceso de kilos incrementa el riesgo de que una persona padezca diabetes tipo 2, por lo que si alguien ya presenta esta categoría y aumenta de peso, será aún más difícil controlar su nivel de azúcar en la sangre.
Y doblemente peligrosa se convierte actualmente esta enfermedad, pues quien la padece corre un mayor riesgo de no poder controlarla por un eventual contagio de coronavirus, lo que la hace letal.
Ante esta realidad, la Organización Panamericana de la Salud exhorta a las autoridades sanitarias a no descuidar a los diabéticos, que en México, durante 2019, fue la causa de muerte de más de 104 mil habitantes.
Afortunadamente no todas son malas noticias, pues en Aguascalientes hay excelentes médicos endocrinólogos y hasta clínicas de diabetes y nutrición, donde en un trabajo conjunto se le orienta al paciente a cómo vivir el padecimiento y, sobre todo, a controlarlo, porque el diagnóstico oportuno de esta afección amplía la oportunidad de brindar tratamiento integral con el propósito de evitar complicaciones incapacitantes.
Así pues, esta enfermedad, que es de los peores males de los mexicanos, tiene a un par de enemigos: buena alimentación y ejercicio físico; el remedio, como se ve, está al alcance de la mano.