Un duro golpe a sus bolsillos recibieron cientos de personas de la tercera edad que trabajaban en una cadena de autoservicio empacando las compras, pues a causa de la pandemia, dicen, ya no podrán regresar a laborar.
La responsabilidad se la achacan al cliente, ya que según los directivos de las tiendas, la gente ya no quiere que nadie toque sus productos, además de que como ya no dan bolsas de plástico ya no ven necesaria su presencia.
Esto significa para muchos abuelitos perder la oportunidad de recibir algunas monedas a cambio de sus servicios que, aunque no eran muchas en ocasiones, les ayudaban para paliar las magras pensiones o jubilaciones, si es que las tienen, o de plano eran sus únicos ingresos.
Cuando inició la pandemia fueron estos ‘cerillitos’, como comunmente se les conoce a quienes realizan este tipo de servicio, los primeros en salir de los centros de trabajo por ser población vulnerable, pues se comprobó, según lo que reportaban los países europeos, que las personas de la tercera edad eran las más susceptibles a contraer el coronavirus, a presentar complicaciones de salud y, por ende, a la muerte.
Incluso Gobiernos de varios Estados, entre ellos Aguascalientes, en pleno apogeo de la pandemia, el año pasado dispusieron entregar una cantidad económica a estas personas, pues sabiendo que muchas dependían exclusivamente de las propinas, decidieron ayudarlas para lo más urgente y que tuvieran dinero para mantenerse.
Incluso los clientes, que según la tienda ya no quieren que toquen sus productos, fueron de los primeros en solidarizarse y entregarles despensas a estas personas que por los años que llevan cargados a cuestas ya no tendrán la fuerza para cargar grandes bultos, o la habilidad de hacer algo rápido, pero sí tienen espíritu combativo y ganas de hacer las cosas y, en el ocaso de su vida, hacer algo útil para ellos y para la sociedad.
Alternativas para que recuperen sus trabajos, en los que por cierto no tienen ninguna prestación, sino que viven de las propinas, las hay: guantes, sana distancia, uso de cubrebocas y sobre todo la aplicación de las vacunas anti-Covid para los senectos, por lo que se espera que les den oportunidad de llevar el sustento a sus casas.
El Covid-19 vino a trastocar absolutamente todo, lo entendemos, pero a más de un año de declarada la pandemia, prácticamente ahora todo el país está en semáforo verde porque la situación poco a poco se ha ido controlando, y aunque había la promesa para los ‘cerillos’ de recuperar su fuente de trabajo, pues ya no sucedió, por lo menos no en esta cadena de tiendas de autoservicio, presente en todo el país, condenándolos a padecer una vez más, si no por la enfermedad, sí por no tener lo indispensable para vivir.