Aguascalientes figura otra vez en el plano nacional, pero, como casi siempre, en aspectos negativos, y es que está en el top cinco de la incidencia de divorcios.
Dentro de las tres principales causas de ruptura se encuentra el incausado, con esta modalidad basta la voluntad de uno de los cónyuges para disolver el matrimonio; el segundo motivo es el mutuo consentimiento, y finalmente debido a la separación por dos años o más.
Pero más allá de los términos legales el divorcio no deja de ser un fracaso, porque suponemos que nadie contrae matrimonio esperando terminarlo.
Pero algo pasa porque todavía hace algunos años los matrimonios duraban mucho tiempo, pues las parejas arreglaban sus diferencias y continuaban juntos contra viento y marea, aunque, hay que reconocerlo, a veces el divorcio es necesario para tener una vida plena y feliz, pues cuando llegan los golpes, el maltrato, el desamor y la infidelidad, más vale decir adiós a tiempo.
Claro está, no todo es miel sobre hojuelas, y hasta científicamente se ha comprobado que el enamoramiento es pasajero y que lo que realmente hace que una relación perdure es el respeto, el diálogo, pero sobre todo la tolerancia, y en estos tiempos de estrés, de vivir con prisas y con miedo de la pandemia, pues toda perspectiva cambia.
Obviamente las parejas sufren por la separación, pero cuando el quiebre es inevitable es un alivio poder disolver el vínculo legal, aunque si hay hijos, la situación se complica, pues son ellos las víctimas del divorcio, de tener que compartir con papá y mamá, cuando bien les va, ya que tras la separación no pocos padres se desentienden de su familia y los dejan a la deriva, de ahí que del divorcio pasa el pleito a los juzgados, casi siempre por la manutención de la descendencia.
Antes del divorcio las parejas civilizadas dejan todo en orden, incluida la potestad de los hijos menores, si los hubiera, pero también la separación de bienes, pues ha habido grandes pleitos por las posesiones materiales y hasta por las mascotas.
Lo que llama la atención es que ahora los divorcios se dan en tiempo récord, pues apenas se están conociendo, en teoría, ahora llegan al matrimonio después de la luna de miel y se ha sabido de casos en que la unión ‘hasta que la muerte los separe’ dura sólo unos meses; pero también se han registrado divorcios en parejas con años de convivencia porque un día dijeron hasta aquí, basta de simulaciones o del qué dirán.
Suponemos que por eso ahora muchas parejas optan por la unión libre, que de libre no tiene nada, porque no sienten el peso de un compromiso, aunque, craso error, el vivir juntos también implica responsabilidad y amor, comprensión y, sobre todo, tolerancia y respeto, algo muy difícil de encontrar en estos complicados tiempos.