CIUDAD DE MÉXICO (EL UNIVERSAL).- Desde niña, Dominika Paleta ha experimentando contacto paranormal del que apenas habla y Daniel Martínez, de pequeño, le tenía miedo al mito del hombre del costal, porque pensaba se metería a su casa y se lo llevarían.
Ambos, como cualquier persona, han experimentado miedo animal, ese donde mengua la lógica y el cuerpo responde sin pensar.
Motivado por el estreno de «Karem, la posesión», filme de género que llega este jueves a cines, EL UNIVERSAL conversó con ellos y la niña protagonista Raquel Rodríguez sobre los temores y fantasmagórico.
La cinta dirigida por Henry Bedwell (Más negro que la noche) está basado en un hecho real de los 80’s, sucedido en Durango. Un presunto demonio invadió el cuerpo de la pequeña, sin que sus padres lograran hacer algo, acabando todo en tragedia.
¿Han experimentado cosas paranormales en su vida?
Dominika Paleta: Me han pasado varias. Desde niña me ha pasado tener contacto con gente que ya no está o quién sabe si sea gente ¿verdad? (risas). Pero en aquella edad no me abría, ya después de muchas terapias, pláticas y años, como que lo acepté. No es que se sienten a tomar el té, sino que digamos, están en otros planos, simplemente y los siento.
Daniel Martínez: Siendo habitante de Tepoztlán (Morelos), los ovnis no son muy educados y no me visitan.
Tampoco muchos fantasmas, no sé. De repente he tenido contacto con mi madre, pero ha sido más a través de sueños que a veces son sensaciones gratas y en otras poco tristes, pero ahí están.
Raquel Rodríguez: Precisamente cuando estaba sentada intentando leer el guión, sentía que alguien me tocaba la espalda y se sentía un escalofrío terrible. Fue una sensación loquísima.
¿En qué momento de su vida han sentido más miedo?
DP: Un par de veces quizá, donde estuve a punto de morir. Tenía una gran adrenalina hasta que comencé a respirar y dije ‘si me toca, me toca en paz, me voy bien, no me gustaría morirme porque tengo dos hijas y estoy en un buen momento’. También he tenido miedo cuando una de mis hijas se cayó y se abrió la cabeza, para mi la familia es muy importante. También el miedo ayudar a aprender muchas cosas.
DM: En un accidente fuerte que tuve (en una película, quemado por pólvora) y sentí terror porque dije ‘voy a perder la mitad de mi cara’ y entonces se entra al trabajo del día a día para pensar que eso no no va a pasar y hay que salir adelante.
Ya como padre el miedo es cuando hay una situación en uno de tus hijos oscura, fuerte, donde están metidos en problemas o se accidentan y la solución no la tiene a la mano. En ese sentido, en esta película el personaje es un homenaje al padre que en ese momento tenía mucho miedo a lo que pasará con sus hijos.
RR: Fue cuando empecé a hacer la película porque me preguntaba si la haría bien o mal, qué pasaría. Estaba temblando. Tenía 10 años y nunca había hecho nada, llegaba y estaban todos estos actores con mucha experiencia. Daniel gritaba y me espantaba (risas).
¿Qué leyenda los aterraba?
DP: La Llorona y la búsqueda de sus hijos. Siendo niña era el terror más grande.
DM: Mi abuela paterna era una mujer de pueblo, pueblo y cuando convivíamos con ella no sólo era una leyenda, sino muchas y a todas la cruzaba. Ella nació en la época de la revolución y le tenía miedo a los villistas que se metían y eran espantosos. Entonces para mi los robachicos, el hombre del costal, eran de miedo.
RR: La del Callejón del Aguacate (en Coyoacán, sobre gemidos de un niño asesinado en los 30’s) y yo pensaba qué haría si me pasara a mi. Por Dios, no me lo puedo creer.