“Vota a aquel que prometa menos.
Será el que menos te decepcione”.
Bernard M. Baruch
La inauguración de la refinería de Dos Bocas en Tabasco, Estado del presidente López Obrador, ahora llamada refinería Olmeca, el pasado viernes 1 de julio, en conmemoración del triunfo en la urnas en la elección del año 2018, es muestra del egocentrismo del mandatario anclado en el pasado y con ya manifiesto gobierno autócrata.
La construcción de la refinería no ocupó del perverso juego convenenciero para que ‘el pueblo bueno y sabio’ en consulta pública o a mano alzada decidiera su construcción, como sí fue el caso de la irresponsable cancelación de la construcción del aeropuerto de Texcoco, cuya liquidación tomará como el caso del Fobaproa, generaciones de mexicanos asumiendo el costo de la fatal decisión. Se decidió la construcción por capricho –o negocio- como todo lo que al huésped del Palacio Nacional se le viene en mente.
La refinería no tiene fecha de operaciones, de acuerdo a la respuesta de Rocío Nahle, responsable del proyecto; en una entrevista el 30 de junio calificó como “una irresponsabilidad” decir una fecha para que el complejo comience a sumar producción a Pemex y ha dicho que el plazo se definirá con base en los protocolos de seguridad. “Nosotros queremos que sea lo más pronto posible la integración y las pruebas y arranque, pero eso lo va a determinar la seguridad”. Por su parte el ingeniero Alejandro Villalobos Hiriart, ex-funcionario de Pemex y del Instituto Mexicano del Petróleo, publicó en la página del Observatorio Ciudadano de la Energía, A.C., una fecha tentativa de operación. “Por todas las consideraciones anteriores, se estima que la producción de petrolíferos, al menos en un 60% de la capacidad nominal de la refinería, será hasta finales de 2023 o bien hasta 2024”.
Finalmente la refinería fue inaugurada al igual que el aeropuerto de Santa Lucía, sin estar terminada, pero es un hecho que cuando produzca litros de gasolina costarán más a la nación producirlos que adquirirlos en el extranjero, pues la demanda de las gasolinas viene a la baja, el consumo del energético entró en curva descendente por las alternativas de uso de nuevas energías, como es el caso de los autos eléctricos, incluido el mercado mexicano que actualmente cuenta con diecinueve marcas de autos y camionetas de trabajo y sus costos de adquisición vienen a la baja.
Lo que es cierto es que la inauguración del elefante blanco es una ofensiva para el pueblo que no tiene medicinas ni quimios contra el cáncer, el monto –que no final- de la refinería (360 mil millones de pesos) es el doble del presupuestado, sin tomar en cuenta obras periféricas y de mejoras en la zona, por lo que la tasa de retorno de la inversión será totalmente nula.
Criminal resulta la forma de contratación de las obras y adquisición de equipos, la mayoría fue por asignación directa, es decir de manera discrecional, violando la ley, bajo total opacidad, con abundantes señalamientos de corrupción publicados por la organización Mexicanos en Contra de la Corrupción y la Impunidad y múltiples observaciones de malos manejos por parte de la Auditoría Superior de la Federación, así opera el gobierno que enarbola el ‘combate a la corrupción’. La trampa se construyó desde el inicio, Pemex clasificó el caso del negocio de la refinería Olmeca como confidencial, y PTI Infraestructura de Desarrollo, la filial de Pemex creada para la construcción de la obra, no tiene obligaciones de transparentar el uso de recursos que le han sido asignados.
No olvidemos que la construcción de las obras faraónicas (Aeropuerto, Dos Bocas, Tren Maya) fueron cuestionadas por su primer secretario de Hacienda, quien le alertó del daño presupuestal que ocasionaría al país; no lo escuchó, este renunció por dignidad y el Presidente terminó llamándolo neoliberal, hoy las consecuencias de las malas decisiones las estamos padeciendo, el país está sumido en la pobreza, en la inflación, el desempleo, en la inseguridad y no se ha creado nueva infraestructura productiva, el sistema de salud es precario.
El Presidente nos demanda austeridad republicana mientras él derrocha dinero en caprichos.