Dos semanas después del desplome de la avioneta, el piloto de 49 años sigue luchando de manera denodada por su vida, siendo reportado al momento por los médicos que lo atienden con “pronóstico crítico y reservado”, a causa de las complicaciones que ha presentado durante su estancia hospitalaria.
El paciente que ingresó desde la mañana del martes 23 de enero al Hospital Hidalgo se mantiene bajo cuidados especiales en Terapia Intensiva y aún no se le declara fuera de peligro, pues continúa intubado, sedado y con episodios de complicaciones en su estado de salud a causa de las lesiones y golpes que presentó en varias partes de su cuerpo a causa del impacto generado por la violenta caída de la aeronave en la que viajaban el piloto y al parecer un alumno de una escuela de aviación.
El doctor Javier Esparza Pantoja, director general del Hospital Hidalgo, aseguró que el equipo de especialistas que está a cargo de la atención del paciente está realizando todo lo humanamente posible para salvarle la vida, pese a la gravedad de los golpes y lesiones que presentó en diferentes partes del cuerpo.
En el parte médico emitido por la Dirección General del Hospital Miguel Hidalgo y que correspondiente al 6 de febrero, se destaca que el paciente de nombre José Francisco Díaz, de 49 años de edad, continúa en la unidad de Terapia Intensiva, con una estancia de 13 días.
El piloto accidentado fue ingresado con un diagnóstico de traumatismo craneoencefálico moderado, presentando además fracturas de miembros pélvicos, fracturas de extremidades superiores y contusiones pulmonares, lo que lo convierten en un paciente vulnerable por su estado físico.
Ante ello, José Francisco permanece mecánicamente ventilado (intubado) y recibe atención hospitalaria especializada por parte del personal de Servicio de Traumatología y Ortopedia, quien le realiza RAFI de falanges de mano izquierda, revisión y recolocación de fijador externo de miembro pélvico, se da anestesia general balanceada y se realiza recambios de tubo endotraqueal derivado de abundantes secreciones, sin incidentes al primer intento.
El paciente continúa de igual manera con tratamiento para delirium, así como con medidas convencionales permanentes de monitoreo y soporte, acorde a su condición, luego que los galenos que se hacen cargo de su atención lo reportan con pronóstico crítico y reservado.