Estados Unidos se mostró este sábado «profundamente preocupado» por los ataques de los hutíes contra el petrolero griego ‘MV Sounion’, que podrían provocar el derrame de un millón de barriles de petróleo en el Mar Rojo y agravar la tragedia medioambiental.
En un comunicado, el portavoz del departamento de Estado, Matthew Miller, afirmó que «si bien la tripulación ha sido evacuada, los hutíes parecen decididos a hundir el barco y su carga en el mar».
Un millón de barriles, recuerda el comunicado, es una cantidad cuatro veces mayor que la del desastre del Exxon Valdez (1989), una de las mayores tragedias ambientales de Estados Unidos, que acabó con enormes consecuencias para la fauna de Alaska, que todavía se continúan estudiando.
«A través de estos ataques, los hutíes han dejado en claro que están dispuestos a destruir la industria pesquera y los ecosistemas regionales de los que dependen los yemeníes y otras comunidades de la región para su sustento, al igual que han socavado la entrega de ayuda humanitaria vital a la región con sus imprudentes ataques», denuncia el comunicado.
Por ello, Estados Unidos hace un llamamiento a los hutíes para que cesen estas acciones «de inmediato» y pidieron a otras naciones dar un paso adelante para ayudar a evitar este desastre ambiental.
La misión naval de la Unión Europea (UE) en el Mar Rojo alertó este sábado que el incendio provocado en el petrolero griego por un «ataque externo» supone una «importante amenaza medioambiental».
El pasado jueves, un buque de la Misión Aspides de la Fuerza Naval de la UE llevó a cabo una operación de rescate en respuesta a una solicitud de ayuda urgente del capitán del petrolero ‘MV Sounion’, atacado el día anterior en el mar Rojo por los rebeldes chiíes hutíes.
La misión señaló que durante esa operación en la que rescataron a todos los tripulantes del barco, el petrolero estaba anclado en «aguas internacionales del sur del mar Rojo y no había fuego visible sobre él», dijo en un comunicado en su cuenta oficial de X.
Sin embargo, al día siguiente, «el buque inmovilizado sufrió un incendio provocado por un ataque externo, lo que supone una importante amenaza medioambiental debido al gran volumen de crudo a bordo, que podría provocar un grave desastre ecológico con efectos potencialmente devastadores para la biodiversidad de la región», aseveró la misión.
El ataque tuvo lugar al oeste de Al Hodeida, una de las sedes de operaciones desde donde los rebeldes chiíes hutíes lanzan sus ataques contra barcos vinculados a Israel.
Estas acciones de los insurgentes comenzaron el pasado noviembre en defensa de los palestinos de la Franja de Gaza y con el objetivo de dañar económicamente a Israel, lo que ha obligado a las grandes navieras a desviar su ruta por la importante vía marítima comercial.