Redacción Internacional, 6 may (EFE).- Decisiones que chocan con las estadísticas, discursos presidenciales que se desdicen al día siguiente y hechos que derrumban el optimismo son una muestra de las frecuentes contradicciones en América frente a la pandemia, de las que EE.UU., México y Brasil protagonizaron este miércoles un nuevo capítulo.
Los crecientes números de contagios y de muertes se han venido enfrentando con el esfuerzo por acelerar la reapertura económica en un continente en el que la pandemia, con alrededor de 1,5 millones de casos, podría superar a Europa, que reporta 1,59 millones, y convertirse en las próximas semanas en el territorio más afectado por el COVID-19.
TRUMP ENTRE EL SÍ Y EL NO
Pese a que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció ayer su intención de desmantelar su equipo de respuesta al COVID-19 y distribuir sus tareas en diferentes agencias federales, este miércoles afirmó que su equipo se mantendrá «indefinidamente», con el foco centrado en la seguridad y la apertura económica.
Además, el mandatario, que ha venido presionando por la reapertura económica, admitió hoy que la pandemia es «peor» que el ataque contra Pearl Harbor y los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001. No por ello, dejó de insistir en la necesidad de una apertura gradual de la economía, ya que un confinamiento indefinido «no es sostenible».
Las cifras en el país, el más afectado por el COVID-19, siguen subiendo, al reportar ya más de 1,2 millones de casos confirmados y alrededor de 71.000 muertes, mientras varios de los estados avanzan en la reactivación económica.
En Florida, los contagios de coronavirus se incrementaron en 563 en las últimas 24 horas hasta llegar a 38.002, de los cuales 1.539 han sido mortales, según informaron las autoridades de salud de un estado donde ya se inició el plan de reapertura tras un mes de confinamiento.
Y en el estado de Nueva York, el epicentro mundial de la pandemia, con más de 320.000 casos confirmados y unos 25.000 muertos, el gobernador Andrew Cuomo subrayó la importancia de la «protección» y el «comportamiento personal» tras reportarse un descenso en los nuevos contagios.
BOLSONARO MENOSPRECIA AL VIRUS, QUE AMENAZA SU ENTORNO
Mientras el presidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, quien se niega a aceptar la gravedad del COVID-19, acusó al exjuez Sergio Moro de filtrar informaciones sigilosas a la prensa, y bromea sobre los resultados de sus análisis, este miércoles el portavoz de la Presidencia brasileña, el general Otávio Rego Barros, dio positivo al COVID-19.
El funcionario, de 59 años, se encuentra en su domicilio, donde permanecerá en cuarentena, su estado de salud es «bueno» y tiene síntomas «leves» de la enfermedad», explicaron a Efe fuentes de su equipo en la Presidencia.
Y en medio del caos, el alcalde de Río de Janeiro, Marcelo Crivella, anunció el bloqueo de algunas zonas de la ciudad a partir del jueves debido a la indisciplina de los ciudadanos, que vienen irrespetando cada vez más el confinamiento social decretado por las autoridades.
DUDAS SOBRE CIFRAS EN MÉXICO
México llegó a su semana más crítica de contagios con más de 26.000 casos y 2.507 muertes y comienza a enfrentar saturación en algunos hospitales mientras que algunos crematorios se han visto ya rebasados.
Pese a ello, el propio presidente Andrés Manuel López Obrador ha reiterado que el país cuenta con la infraestructura necesaria para afrontar la pandemia, que llegó a México el 28 de febrero. «No hemos sido rebasados», sostiene el líder mexicano.
A las dudas sobre la capacidad del sistema se sumaron este miércoles las inquietudes de expertos y activistas sobre las cifras oficiales de casos de COVID-19 en las cárceles ya que consideran que son más de los 92 contagios confirmados.
«Hay que ver si estas cifras son reales porque está raro que en prisiones con hacinamiento en las que siguen entrando familiares no haya muchísimos más contagios», expresó la presidenta de la organización Causa en Común, María Elena Morera, durante una mesa de análisis titulada «Las cárceles: una bomba de tiempo en la contingencia».
También la directora de la asociación Reinserta, Saskia Niño de Rivera, cuestionó la «veracidad» de estos datos al señalar que han detectado un «aumento de casos de neumonía atípica» en las cárceles.
EL RESTO SIGUE DUDANDO Y AGUANTANDO
Casi sin recursos y sin otras opciones, Perú comenzará formalmente a reabrir su confinamiento para relanzar la economía a partir de este viernes pese a la expansión inexorable del COVID-19, que prosigue sin signos de abatimiento tras 54 días de uno de los más duros regímenes de aislamiento del mundo.
La paradoja es que aunque los esfuerzos por multiplicar la atención sanitaria, el apoyo económico a los más desfavorecidos y la contención ciudadana han evitado miles de muertes – hasta 460.000, según el Gobierno-, la realidad muestra también una imparable marea de contagios muy por encima de los objetivos gubernamentales.
De otro lado, en Bolivia, el director del Servicio Departamental de Salud, Marcelo Ríos, dijo a Efe que la situación «cada vez se va haciendo más complicada», ya que se llega a un momento «límite» en el que la logística y los recursos humanos se tienen que ir modificando.
Y en Chile, las autoridades sanitarias anunciaron este miércoles que una docena de comunas (barrios) de Santiago volverán al confinamiento ante el «preocupante» avance de la pandemia en la capital, donde se concentra el 85 % de los nuevos contagios.
Por su parte, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, dijo que analiza una mayor flexibilización de las medidas de aislamiento obligatorio que rigen desde marzo por el COVID-19, pero cuestionó a sectores empresariales y políticos que exigen una apertura inmediata de la actividad económica.
La contradicción se hace más patente en Nicaragua, donde el Gobierno sigue minimizando la pandemia y ahora prepara la popular fiesta de San Pascual Bailón en el municipio occidental de Chinandega, donde la oposición ha promovido la campaña «Quédate en casa» debido a que reportan al menos 8 muertes sospechosas de COVID-19 en los últimos cinco días.
En medio de las realidades y las presiones de las economías, la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó este miércoles más de 3,58 millones de casos de COVID-19 en el mundo desde el inicio de la actual pandemia, mientras que las muertes ascienden a 247.503.
Según las estadísticas de la organización, la cifra de nuevos contagios por jornada se mantiene estable en alrededor de 80.000 casos diarios de coronavirus, ya que, pese a la reducción de infecciones en Europa, la región más afectada, estas siguen en aumento en América, una perspectiva negativa frente a la política de apertura.