Washington, EE.UU.- El Departamento de Estado de EE.UU. anunció este lunes la designación del Movimiento Imperial Ruso (RIM, en inglés) como organización terrorista global, en la primera vez que incluye en esta categoría a un grupo supremacista blanco.
"Estas designaciones no tienen precedentes. Esta es la primera vez que EE.UU. ha designado como terroristas a supremacistas blancos, ilustrando la seriedad con la que esta Administración se toma la amenaza", informó Nathan Sales, coordinador antiterrorista del Departamento de Estado, en una comparecencia ante una sala de prensa vacía debido a las medidas adoptadas para frenar la pandemia del coronavirus.
Sales explicó que "RIM es un grupo que ofrece entrenamiento paramilitar a neonazis y supremacistas blancos, y ha jugado un papel relevante en su intento de aglutinar a europeos y estadounidenses similares en un frente común en contra de quienes considera enemigos".
Según el funcionario estadounidense, RIM cuenta con dos instalaciones de entrenamiento en San Petersburgo (Rusia), y es responsable de varios atentados en Gotemburgo (Suecia) contra centros de migrantes en 2016.
Además del grupo, EE.UU. incluyó a tres de sus líderes; Stanislav Anatolyevich Vorobyev, Denis Valliullovich Gariev y Nikolay Nikolayevich Trushchalov, en la lista de terroristas internacionales.
Con esta designación, se abre la puerta a sanciones por parte del Tesoro de EE.UU. como la congelación de activos financieros que puedan tener bajo jurisdicción estadounidense y la prohibición de transacciones financieras con entidades estadounidenses.
Sales remarcó que "desde 2015 ha habido un auge en el terrorismo supremacista blanco" a nivel global, y destacó que "EE.UU. no ha sido inmune" con los atentados perpetrados contra una sinagoga en Pittsburgh (Pensilvania) y un centro comercial popular entre los inmigrantes en la ciudad texana de El Paso, enn la frontera con México, el pasado año.
La decisión de la Administración del presidente Donald Trump se produce después de las críticas al inicio de su mandato por su tibia respuesta a una marcha de neonazis en Charlottesville (Virginia), que dejó una persona muerta y más de una veintena de heridos.