Washington, 10 dic (EFE).-
Estados Unidos llamó este domingo a China a parar su conducta «peligrosa y desestabilizadora» en el Mar de China Meridional, después de un altercado entre barcos chinos y filipinos en aguas disputadas, que Washington calificó como «maniobras imprudentes» de Pekín.
En un comunicado del Departamento de Estado firmado por el portavoz Matthew Miller, EE.UU. mostró su apoyo a Filipinas «frente a estas acciones peligrosas e ilegales».
La tensión entre los dos países asiáticos aumentó este domingo después de que ambos intercambiaron acusaciones sobre un altercado entre sus barcos en aguas disputadas, el segundo incidente similar este fin de semana.
El Grupo de Trabajo Nacional para el Mar de Filipinas Occidental, un organismo vinculado al Gobierno filipino, acusó a la guardia costera china de disparar un cañón de agua y embestir contra sus buques de reabastecimiento en las cercanías del banco de arena Ayungin, que provocó «graves daños en el motor» de uno de los barcos.
Por su parte, China atribuyó el incidente a que el barco filipino «ignoró las repetidas y severas advertencias de la Guardia Costera China» y «violó» las convenciones para prevenir colisiones en el mar, según recogen hoy los medios locales.
Se trata del segundo altercado entre Filipinas y China en las aguas del Mar Meridional de China, que Pekín reclama casi en su totalidad y donde disputa, además del archipiélago filipino, territorios con Malasia, Vietnam, Taiwán y Brunéi.
En el comunicado del Departamento de Estado, Miller explica que fuera del arrecife de Scarborough el 9 de diciembre y nuevamente cerca de Second Thomas Shoal el 10 de diciembre, barcos de China «emplearon cañones de agua y maniobras imprudentes» causando «daños a los barcos filipinos que realizaban misiones oficiales».
«Los barcos de la República Popular China en Scarborough Reef también utilizaron dispositivos acústicos, incapacitando a los miembros de la tripulación filipinos y ahuyentaron a los barcos pesqueros filipinos», añade el texto.
«Estas acciones reflejan no sólo un desprecio imprudente por la seguridad y los medios de vida de los filipinos, sino también por el derecho internacional» de «socavar la estabilidad regional», afirma el comunicado.
Como se refleja en la «decisión legalmente vinculante» de un tribunal internacional emitida en julio de 2016, recuerda EE.UU., China no tiene «reclamos marítimos legales» sobre las aguas alrededor de Second Thomas Shoal, y los filipinos tienen derechos de pesca tradicional en sus alrededores.
Las tensiones entre China y Filipinas han aumentado en los últimos meses, mientras el presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr., refuerza su alianza de defensa con Estados Unidos y revierte el acercamiento a Pekín promovido por su predecesor, Rodrigo Duterte.
Por su parte, las relaciones entre China y Estados Unidos viven, tras meses de hostilidades, una época de relajamiento. El mes pasado ambos países acordaron restablecer las comunicaciones entre sus Fuerzas Armadas, que se rompieron hace más de un año tras la polémica visita en agosto de 2022 a Taiwán de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense, Nancy Pelosi.
El anuncio se dio tras una reunión entre los presidentes de ambos países, Xi Jinping y Joe Biden, en los márgenes de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en San Francisco.