El resultado de las elecciones en Estados Unidos podría aumentar la incertidumbre comercial para las empresas mexicanas, señala la agencia de calificación financiera Fitch Ratings en un reciente comunicado.
Los importantes lazos comerciales de México con Estados Unidos podrían dejar a las empresas significativamente expuestas al aumento de aranceles u otras acciones proteccionistas. Y eso, a su vez, podría hacer que comprar acciones mexicanas resulte menos interesante para los inversionistas locales.
La agencia añade que, junto con la reciente reforma judicial, esta exposición podría aumentar la incertidumbre empresarial y frenar el crecimiento a largo plazo si se imponen aranceles generales y el entorno empresarial se deteriora estructuralmente. Sin embargo, estos riesgos se ven mitigados por los perfiles financieros generalmente saludables de las empresas mexicanas calificadas por Fitch y los vientos de cola de varios años de las tendencias de deslocalización cercana.
Para los analistas que firman la nota es importante destacar que Estados Unidos es el mayor socio comercial de México, con exportaciones que representan más del 30% del PIB de México, por lo que una política más favorable se traduce en un mayor atractivo a la hora de comprar acciones mexicanas.
Un consenso bipartidista hacia el proteccionismo comercial, la estrategia industrial y la reconstrucción de la base manufacturera de EE.UU. podría dar lugar a mayores riesgos de aranceles u otras medidas proteccionistas que afecten negativamente a las empresas mexicanas y reduzca su atractivo para quien desee comprar acciones de México.
Por otro lado, añaden los economistas, una victoria de Kamala Harris hubiese podido significar la continuidad de las políticas de la administración Biden que apoyaron la manufactura nacional estadounidense. Una diferencia notable es que en 2020, Harris votó en contra del Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (USMCA, por sus siglas en inglés), que se firmó bajo la primera administración Trump y debe revisarse en 2026.
Qué hay en el programa republicano que desincentiva comprar acciones
Los analistas apuntan que entre las propuestas políticas más destacadas de Trump figura su apoyo a la imposición de aranceles generales del 60 % a las importaciones chinas y del 10 % a todas las demás importaciones, aunque es probable que esta medida reciba un importante rechazo político.
Esa idea sería un cañonazo en la línea de flotación de muchas empresas mexicanas y desincentiva claramente la idea de comprar acciones locales.
El USMCA también proporciona a México un nivel de protección y cualquier cambio importante probablemente se produciría en el contexto de su revisión en 2026. No obstante, el análisis de escenarios realizado por el equipo económico de Fitch muestra que un aumento unilateral agresivo de aranceles por parte de Estados Unidos llevaría a una reducción de entre el 0,2% y el 1,9% del PIB de México en relación con sus expectativas base.
La nota continúa diciendo que los automóviles y las autopartes son las mayores exportaciones de México a Estados Unidos, sobre las cuales Trump ha sugerido aranceles significativos. Entre las empresas mexicanas calificadas por Fitch, los proveedores de automóviles como Nemak (BBB-/Negativo) y Metalsa (BBB-/Estable) tienen la exposición más directa, lo que desincentiva comprar acciones de estas empresas.
No esperamos, añaden los economistas, que las fricciones comerciales afecten las calificaciones de estas empresas debido a su presencia global y a su fuerte flexibilidad operativa. La perspectiva negativa de la calificación de Nemak refleja principalmente el elevado apalancamiento derivado de importantes inversiones y un crecimiento más lento de lo previsto en determinados segmentos de actividad.
Las elecciones podrían reducir el gasto de los consumidores mexicanos
Pero no todo acaba aquí. Dicen los economistas que el aumento de las fricciones comerciales con EE.UU. también podría tener un impacto negativo más amplio en la economía de México y frenar el gasto de los consumidores. Esto podría afectar a los sectores minorista, inmobiliario y de construcción de viviendas, y de alimentos, bebidas y tabaco, que en conjunto representan alrededor del 40% de los ingresos totales dentro del universo calificado de empresas mexicanas de Fitch.
De nuevo, comprar acciones mexicanas en este entorno desfavorable resulta poco alentador y puede provocar que los inversionistas locales busquen otro destino para sus ahorros.
El bajo nivel de apalancamiento y la adecuada liquidez de las empresas mexicanas les proporciona cierta protección para afrontar estos retos. En la agencia proyectan que la mediana de deuda neta ajustada/Ebitdar para emisores calificados públicamente será de aproximadamente 2.2 veces a finales de 2024. La mayoría de las empresas tienen saldos de caja sanos, vencimientos de deuda manejables y un buen acceso al crédito a través de los bancos locales y los mercados de capitales. Eso sí es un punto a favor de comprar acciones mexicanas los próximos meses.
El sector diversificado de manufactura y transporte es el más expuesto al comercio con Estados Unidos, pero tiene un margen de calificación relativamente alto, con un apalancamiento Ebitda mediano de 1,9 veces a finales de 2023, lo que hace interesante comprar acciones. El sector químico, por su parte, tiene un apalancamiento relativamente alto debido a la debilidad cíclica de los mercados químicos mundiales, pero esto se equilibra con sus posiciones de liderazgo en el mercado de América y el potencial de ganar cuota de mercado de China.
Por último, dicen en la agencia que la deslocalización es un viento de cola plurianual que podría compensar algunos de estos riesgos, especialmente si las restricciones comerciales impuestas a China son más estrictas que las impuestas a México, y esperamos que continúen las inversiones para capitalizar esta tendencia. Todo lo cual podría ser un incentivo para comprar acciones mexicanas.
No obstante, los retos que plantean las infraestructuras, la disponibilidad de mano de obra cualificada y los problemas de seguridad son factores contrapuestos que podrían obstaculizar la capacidad de México para aprovechar todo el potencial de la deslocalización. Además, las incertidumbres empresariales en torno a la reciente reforma judicial del país podrían obstaculizar las inversiones necesarias para abordar estos cuellos de botella, concluyen sus economistas.