San Cristóbal de Las Casas (México), 22 jul (EFE).- El trabajo de decenas de jóvenes artesanos del estado mexicano de Chiapas, sureste del país, mantiene vigente la tradición prehispánica del tallado en jade, la piedra preciosa que los antiguos mayas usaron para elaborar rebuscadas armas y joyas.
En su impulso por mantener viva esta tradición prehispánica los hermanos Pilicastro Alcázar se han dedicado por varios años a tallar estas piedras preciosas que dieron realce al arte de los antiguos mayas en el sureste mexicano.
Adán Pilicastro Alcázar, de profesión químico farmacéutico, de 40 años de edad, originario de San Cristóbal de Las Casas, pasa las tardes transformando el jade en majestuosas piezas de arte que este año le hicieron ganar la medalla de oro en el concurso de jade internacional Suzhou China.
Adán ha sido el primer latinoamericano con este honor.
La curiosidad por moldear las piedras le nació desde niño y por ello empezó a moldear plastilina. Y tras esta etapa inicial, pasó al difícil reto por tallar el ámbar chiapaneco, que con el tiempo lo llevó a exponer sus piezas en el festival del Ámbar y ganar premios.
En la actualidad, moldear el jade es reto por ser una piedra muy dura a la que hay que tratar a la hora de los cortes con tal precisión porque de lo contrario esta se fractura, señaló este lunes a Efe este escultor.
«Se utilizan herramientas especializadas muchas de estas tiene cubiertas de diamante para poder manejar la piedra», relató.
El grado de dificultad, sostuvo, es mucha por lo que el trabajo requiere de toda su atención.
«Una pieza puede tardar varios meses para llegar a la forma perfecta, aquí el tiempo no se siente» señaló Adán, quien ahora esculpe en mancuerna con su hermano y buscan un estilo familiar propio.
«Mi satisfacción es ver la transformación de la piedra amorfa o bruta, en algo bello estético y te llevas una sonrisa a la cama por verlo logrado, no tiene precio», explicó.
A Adán Pilicastro se le fue dando de manera natural el arte de tallar piedra hasta que luego de varios años de ensayo-error llegó a perfeccionar su técnica y lograr la medalla de oro.
«Obtuve una medalla de oro en el de festival Suzhou China , categoría escultura en jade. La escultura lleva el nombre del trepador del cosmos que es la fusión de un humano y una iguana quien explora sus universos internos y externos, y es mi propia historia y fantasía», recordó.
Adán transmite su conocimiento a sus hermanos y sus sobrinos que están interesados en aprender a tallar estas piedras semipreciosas, convencidos de que es necesario retomar esta práctica ancestral de los maya y de otras cultura.
«Es necesario retomar nuestras culturas antiguas para tener una revalorización de lo que es nuestra ideología. Y también por la posibilidad de ser creativo y artístico», indicó.
Con Adán trabajan sus hermanos, quienes se especializan en el tallado del ámbar y de jade realizando verdaderas obras de arte combinándolas con diferentes piedras como la obsidiana.
José Pilicastro Alcazar, un maestro de educación primaria, precisa que estas piedras bien pulidas y trabajadas pueden llegar a tener un precio de hasta 80.000 (unos 4.210 dólares).
«Siempre he tratado de seguir aprendiendo, y seguir adelante y desde luego ir mejorando, él (Adán) ya es maestro en ámbar y ahora ganador de una medalla en China», comentó.
Adán señaló que aunque Chiapas no cuenta con yacimientos de jade eso no les ha impedido rastrear las mejores piedras para trabajar con ellas.
Para este fin, hacen uso del internet, del mercado negro e incluso han cruzado a Guatemala en varias ocasiones, donde hallan una gran variedad de jade, de muy buena calidad y colores.