México, 10 jul (EFE).- Las creaciones inmersivas del estadounidense James Turrell llegarán al Museo Jumex de Ciudad de México el próximo 22 de noviembre, gracias a la exposición «Pasajes de luz», una de las series más importantes del autor.
Según se confirmó este miércoles en un comunicado del museo, la muestra permanecerá abierta hasta el 29 de marzo de 2020 y, entre las obras que se podrán disfrutar en la cita, se encontrarán dos instalaciones a gran escala.
«Un Ganzfeld concebido para la galería del primer piso, y que forma parte de una de las series clave de las instalaciones del artista, origina una experiencia que disuelve la arquitectura por medio del uso de campos totales de color intenso», explicó el Museo Jumex en el boletín.
Además, en la terraza del complejo se instalará la pieza «Dark Space» (Espacio oscuro), que proporciona «una iluminación tan mínima que las imágenes aparecen desde dentro del ojo del visitante».
En la siguiente galería de «Pasajes de luz», ubicada en el segundo piso, varias instalaciones trazan la trayectoria única de Turrell, desde las primeras obras experimentales que realizó en Los Ángeles (Estados Unidos) en 1960 hasta las instalaciones a gran escala en el Museo Jumex.
En los experimentos más recientes de Turrell se emplean tecnologías actuales como la holografía y la iluminación controlada por computadora para ampliar su campo de práctica, revelando así la materialidad de la luz.
Precisamente, la iluminación es uno de los puntos claves de la obra de James Turrell.
«Al utilizar la luz como medio, los campos saturados de color que el artista crea adquieren una presencia física», explican desde el museo Jumex,
De hecho, a través de una comprensión científica de los efectos de la luz y una visión artística singular, Turrell incita a meditaciones silenciosas sobre el tiempo y el espacio, las cuales son tan relevantes hoy en día como lo han sido a lo largo de la historia de la humanidad.
Además, las instalaciones se acompañan con documentación y modelos de la magnum opus de Turrell, llamada Roden Crater.
Este proyecto busca convertir un volcán extinto en Arizona (Estados Unidos) en una instalación, en la cual el artista ha trabajado continuamente durante los últimos 45 años.