Madrid, 3 dic (EFE).- El cambio climático puede hacer «desaparecer» la actividad del turismo por el efecto de la huella de carbono que genera ese sector y que se traduce en un 8 % de los gases emitidos en 2017, alertó este martes la ONU en la Cumbre del Clima en Madrid, la COP25.
Al presentar el estudio «Transport related CO2 emissions of the tourism sector-modelling results»(Transporte y emisiones de CO2 en el sector turístico-ejemplo de resultados), el secretario ejecutivo adjunto de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP), Ovais Sarmad, afirmó que ese porcentaje de gases emitidos podría disminuir con el trabajo «conjunto» de todos los implicados para «tomar medidas ambiciosas».
Otro de los fines que tienen que seguir los sectores público y privado, así como los ciudadanos, ha dicho Sarmad, es el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2020-2030 de Naciones Unidas.
El turismo es una «locomotora económica», pues representó el 10 % del PIB mundial en 2017 -creció casi un 50 % más deprisa que la economía mundial- y creó millones de puestos de trabajo, uno de cada cinco, conforme a la investigación.
El estudio se ha centrado especialmente en el efecto que tiene el transporte del sector turístico en el medioambiente, cuyas emisiones constituyen el 5 % del total mundial, ha explicado el director del Desarrollo Sostenible de Turismo de la Organización Mundial del Turismo (OMT), el doctor Dirk Glaesser.
Respecto a las previsiones para 2030, el informe calcula que haya 35.600 millones de visitantes internos o «de día» -personas que realizan viajes cortos- y el turismo aumente hasta suponer el 11,5 % del PIB mundial, lo que se traduciría en que el 21 % de las emisiones contaminantes sería producido por el transporte turístico.
El director ejecutivo de la OMT, Manuel Butler, ha pedido a los países asistentes a la cumbre que, tras conocer estos datos, «no traigan discursos sobre el cambio climático, sino soluciones».
Entre los asistentes a la presentación estaba la secretaria de Estado de Turismo de España, Isabel Oliver, quien destacó la importancia que tiene el cuidado del medioambiente para el Estado, que tiene «interiorizados» los principios del turismo sostenible 2020-2030 con ministerios relacionados entre sí -porque «afecta a todo el Gobierno»- o con el liderazgo en el programa ‘One Planet Sustainable Tourism'».
Asimismo, ha descrito que el turismo puede ser un instrumento para alcanzar la igualdad, la inclusión social y la conservación del patrimonio, además de la necesidad de cuidar el turismo marítimo y costero.
«El futuro no solo está en lo material que dejamos en el planeta, sino lo que heredarán las generaciones futuras», ha concluido.
Una representante de las islas Seychelles ha expuesto la necesidad de ayuda que tiene su país para seguir adelante con un turismo sostenible, ya que las medidas que toma el Gobierno «no son populares» porque el turismo es el «principal motor» de su economía.
Entre sus acciones ha destacado la compra de un nuevo avión Airbus que usa un 20 % menos de combustible y la reducción de 50 kilogramos de residuos plásticos y de aluminio en los viajes aéreos, así como un estudio realizado en las Seychelles que mostró que cerca del 80 % de los turistas estaría dispuesto a pagar un impuesto de entre 10 y 40 dólares para combatir el cambio climático.
Por su parte, la embajadora francesa para el Clima, Brigitte Collet, ha indicado que Francia es el primer destino turístico del mundo con 90 millones de visitantes en 2010, lo que «no impide alcanzar los objetivos del Acuerdo de París».
También ha señalado que los turistas están «interesados» en «medir su propia huella» en el medioambiente.
En cuanto a Argentina, las zonas turísticas están experimentando transformaciones debido al cambio climático, ha expuesto el secretario de Cambio Climático y Desarrollo Sustentable de ese país, Carlos Gentile, quien ha citado como ejemplo el aumento del nivel del mar en la costa o la pérdida de nieve en los destinos fríos.