Nueva York, 18 jul (EFEUSA).- Joaquín «El Chapo» Guzmán ya ha sido trasladado de la prisión de Manhattan (Nueva York), donde permaneció arrestado durante el proceso judicial en su contra, según confirmó su defensa a Efe, que desconoce el paradero de su cliente, si bien todo apunta a que su destino es la «Alcatraz de las Rocosas», en Colorado.
La abogada Mariel Colón aseguró que ayer, en torno a las 17.40 hora local (21.40 GMT), la defensa del Chapo recibió la notificación de que su cliente se encontraba «en tránsito» y que había sido trasladado al aeropuerto, aunque no pudo certificar el paradero del condenado por narcotráfico ni si está fuera del Estado de Nueva York.
Según el New York Post, el Chapo ya podría estar en la cárcel de máxima seguridad (Supermax) del estado de Colorado, conocida como la «Alcatraz de las Rocosas». La Administrative Maximum Facility (ADX), en Florence, es de las más seguras del mundo y está a 90 millas al sur de Denver.
La defensa del Chapo afirmó que todo esto «deja muy claro» que las autoridades estadounidenses sabían que iban a trasladarlo cuanto antes de la prisión de Manhattan y criticó no haber recibido ninguna explicación, insistiendo en que no sabe si tienen a su cliente «escondido» en Nueva York o en otro lugar.
El juez federal que llevó el caso contra el narcotraficante mexicano, Brian Cogan, dictó ayer con su sentencia a cadena perpetua que la decisión sobre la prisión donde El Chapo pasará el resto de sus días tomará en torno a 60 días.
En principio, el Chapo iba a pasar dos meses en el penal de máxima seguridad de Manhattan, donde no puede salir al exterior y que, según dijo ayer el capo, ha supuesto para él una «tortura» física y psicológica desde que llegó extraditado a Estados Unidos en enero de 2017.
Diferentes analistas apuntan a que el Chapo podría cumplir la condena en la prisión federal de máxima seguridad en Colorado, el «Alcatraz de las Rocosas», la cárcel más segura del país, que podría ser la escogida por el juez Cogan.
Esta prisión, Administrative Maximum Facility (ADX), en Florence, en el estado de Colorado, es de las más seguras del mundo y es conocida también como Supermax, 90 millas al sur de Denver.
Abrió sus puertas en 1994 para albergar a los reos más peligrosos y otros que representen amenaza para la seguridad nacional.
El confinamiento en solitario y de extrema seguridad que ha vivido Guzmán Loera desde que fue extraditado desde México a EE.UU. en enero de 2017, -en una celda de 18 metros cuadrados en la cárcel federal en Manhattan con una ventana opaca-, continuará por el resto de su vida en este país.
Las celdas en la ADX son paredes de cemento y a prueba de sonido para evitar la comunicación con otros reos, algunas sin ventanas, donde los reclusos pasan 23 horas a solas, con contacto mínimo con personal de la ADX. Las tuberías de las unidades en que está dividida la prisión no transmiten sonidos.
A esta prisión son enviados aquellos que el sistema federal de prisiones ha declarado los más peligrosos, como líderes de pandillas violentas, terroristas, o reos que han atacado a otros prisioneros o a oficiales de seguridad de cárceles a través del país.
La ADX alberga hasta 405 reos y entre los que estuvieron allí figuró Timothy McVeigh, condenado a pena capital y ejecutado en 2001 por el atentado contra el edificio federal en Oklahoma, en 1995, que costó la vida a 168 personas y 600 heridos.
Allí están José Padilla, de origen puertorriqueño, conocido como el «talibán boricua», por su apoyo a la red terrorista Al Qaeda; Mahmud Abouhalima, por el atentado contra las Torres Gemelas en el 1993; el asesino en serie, el médico Michael Swango, y el «Unabomber» Ted Kaczynski, profesor de matemáticas que enviaba cartas bomba.
También el franco-marroquí Zacarías Moussaoui, por su conspiración en los atentados terroristas del 11-S, o Dzhokhar Tsarnaev, condenado a pena de muerte por las dos bombas caseras que mataron a tres personas e hirieron a otras 264, en el maratón de Boston en 2013, cuya sentencia apeló el pasado diciembre.