Múnich (Alemania), 16 feb (EFE).- La Conferencia de Seguridad de Múnich cerró este domingo con dos debates sobre los retos estratégicos para la Unión Europea y para Europa, cuando crecen las diferencias con Estados Unidos y hay quienes reclaman una mayor presencia europea para la prevención y el manejo de crisis internacionales.
El alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, recordó en su intervención el anuncio de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, de que la Comisión será geopolítica y añadió una idea propia según la cual «Europa tiene que aprender a hablar el lenguaje del poder».
«Necesitamos un consenso estratégico que no tenemos. Hay que trabajar más unidos, tener una comprensión común de las amenazas. Eso no es fácil de hacer en unas semanas o en cinco años pues cada país miembro tiene su propia historia», dijo Borrell en su intervención en un panel.
La idea de Von der Leyen de que la comisión actual será una «comisión geopolítica» ya había sido abordada en el mismo encuentro por el ministro de Asuntos Exteriores italiano, Luigi di Maio.
FLEXIBILIZAR EL PRINCIPIO DE DECISIONES POR UNANIMIDAD
Borrell insistió varias veces durante el debate en que hay que acelerar el proceso de decisiones dentro de la UE e incluso abandonar o flexibilizar el principio de que las decisiones deben tomarse por unanimidad.
«Pensemos en el caso hipotético de que un país miembro de la UE propone una misión naval para vigilar el embargo de armas a Libia. Todos están de acuerdo pero un país que no tiene flota lo rechaza y entonces no puede realizarse, es absurdo», dijo.
Además, según Borrell, la UE debe tener un papel más activo en las crisis internacionales y puso como ejemplo el tema de Oriente Medio donde, dijo, «no basta con criticar un plan de paz que se ha propuesto sino que hay que presentar uno mejor».
Y agregó: » Europa tiene que estar en capacidad de actuar, eso implica poder militar, sí, pero también hay otros campos en los que podemos actuar» dijo.
«Cada vez que cerremos un acuerdo de comercio tenemos que poner sobre la mesa también el tema del clima y de los Derechos humanos. No sólo podemos quejarnos de violación de derechos humanos», añadió.
Di Maio, que abrió el panel, dijo que la meta debe ser «una Europa más fuerte y capaz de reaccionar a lo que ocurre fuera de Europa, sin perder de vista nuestros valores».
El ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Yves Le Drian, se manifestó por su parte optimista acerca de que poco a poco se está desarrollando una cultura estratégica europea.
EL FUTURO DE UNA COOPERACIÓN MILITAR EUROPEA ESTRUCTURADA
Le Drian recordó un encuentro de ministros de la UE en 2016 en Bratislava cuando él, junto con Ursula von der Leyen -que entonces era ministra de Defensa alemana-, propusieron crear una cooperación militar estructurada dentro de Europa.
«Las reacciones fueron como si hubiéramos insultado a alguien», dijo.
Sin embargo, ahora, según Le Drian, no son tan reacios a la idea y cada vez se está más abierto a iniciativas comunes para enfrentar o prevenir crisis en las fronteras de Europa.
En el debate se hizo claro, por otra parte, la diferencia de actitud ante Rusia.
Mientras que en el este de Europa, representada en el debate por el titular de Exteriores polaco, Jaceck Czaputowicz, se ve a Rusia ante todo como una amenaza directa, en el sur y el occidente, pese a todo el rechazo a la actitud de Rusia en Ucrania, se cree que a largo plazo Moscú tiene que formar parte de una arquitectura de seguridad europea.
«Podemos tener distintas posiciones ante Rusia pero es innegable que Rusia es un actor clave en términos de seguridad», dijo Di Maio.
Czaputowicz, en cambio, considera «absurda y actualmente peligrosa» la idea de que Rusia forme parte de una arquitectura de seguridad europea.
En sus palabras de despedida de la conferencia, el director de la misma, Wolfgang Ischinger, dijo que estaba satisfecho de haber propiciado un debate sobre la idea de la pérdida de influencia del mundo occidental.
«No todos han estado de acuerdo, pero ha habido debates y lo que queríamos era impulsar esos debates», dijo.
Por Rodrigo Zuleta