“Me da pena vivir con lujos, prefiero la humildad”.
Andrés Manuel López Obrador
A medio sexenio el discurso de humildad, austeridad, pobreza, combate a la corrupción y tráfico de influencias se derrumba; la verdadera personalidad del presidente López Obrador y su familia se exhibe cada día a través de evidencias públicas, es una familia como las del pasado, las que tanto critica: corruptos, falsos, mentirosos. El discurso quedó rebasado.
La prestigiada organización no gubernamental Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) exhibió la semana pasada los lujos en los que vive José Ramón López Beltrán, el hijo mayor del Presidente, merced al vínculo con un contratista de la refinería de Dos Bocas que ha recibido los beneficios de la 4T, contradiciendo la prédica matinal de las homilías pronunciadas desde un palacio, sí, el Palacio Nacional, residencia de 40 mil metros cuadrados que alberga un valioso patrimonio cultural y artístico, donde habita el Presidente y su familia.
La investigación exhibe los lujos del primogénito del Presidente, contradiciendo el discurso de su padre: “No al lujo, que lo que tengamos se use para lo indispensable, para lo básico”, declaró en mayo de 2020. “Si ya tenemos zapatos, ¿para qué más? (…) Si se puede tener un vehículo modesto para el traslado, ¿por qué el lujo?”. Sin embargo, el hijo mayor de López no escuchó la prédica. De acuerdo a la investigación de MCCI, “primero vivió en una enorme mansión en Conroe, Texas, que era propiedad de un alto directivo de Baker Hughes, una de las compañías petroleras más grandes del mundo, con la que el Gobierno mexicano tiene contratos vigentes por más de 151 millones de dólares, y luego se mudó a una residencia recién construida en la localidad de Cypress, en el condado de Harris, que está a nombre de su pareja, Carolyn Adams. José Ramón tiene para su uso en Estados Unidos una camioneta Mercedes Benz modelo GLE-Class, que fue adquirida a nombre de Carolyn en una agencia de vehículos de lujo en Conroe a un precio de 68 mil 675 dólares, equivalente a 1.4 millones de pesos”.
Se destaca en el reportaje la inestabilidad laboral del hijo mayor. “José Ramón, de 40 años de edad, trabajó en la campaña presidencial de su papá como coordinador de MORENA en el Estado de México, y tras la elección de 2018 confesó que no sabía a qué se iba a dedicar en lo futuro. “Ya el tiempo lo dirá”, dijo al visitar la casa de campaña el 10 de julio de aquel año. Pese al mal sino de su futuro vive como jeque árabe.
La suerte del hijo mayor es la misma del resto de los hermanos, Andrés Manuel López Beltrán es cabeza de la empresa familiar Rocío Chocolates. Nuevamente otra investigación periodística denominada ‘Sembrando Vida y la fábrica de chocolates’, revela que el empresario Chávez Ayala, además de ser amigo de la familia presidencial, ha sido consultor en Sembrando Vida y ha asesorado la finca cacaotera “El Rocío” que los hijos mayores del Presidente recibieron como herencia de su madre, Rocío Beltrán Medina, en 2003, y a la que se le sumaron 32.5 hectáreas de donación de sus tíos Gonzalo Alfonso y Fernando Beltrán Medina. De acuerdo a la investigación los campesinos tabasqueños reciben el beneficio de Sembrando Vida, pero son obligados a sembrar cacao, pese a que ellos no lo querían, a su vez lo venden a la empresa del amigo de la familia y éste le provee de cacao a la chocolatera de la familia presidencial. Negocio redondo a costa del pueblo.
Las columnas y redes sociales también han exhibido la vestimenta de lujo de Jesús Ernesto López Gutiérrez, hijo menor del Presidente, producto de su segundo matrimonio. Juan Bermúdez en su columna “Punto por Punto” comentó que el vástago menor de AMLO luce tenis de la marca Adidas modelo Pharrell Williams que valen 6 mil 200 pesos. Comenta que también fue evidenciado un costoso par de zapatos que calzaba el Presidente, de la marca Crocket&Jones con valor aproximado a los 20 mil pesos, mientras que la nuera del Presidente, la señora Carolyn Adams, lució en el primer Informe de Gobierno de su suegro un par de zapatos de la marca italiana Valentino, valuados en más de 17 mil pesos, y una bolsa de Chanel que rondaba los 100 mil pesos.
No paran ahí los beneficios que la familia presidencial ha recibido, el hermano del mandatario, el señor Pío López Obrador, el mismo que fue captado en videos recibiendo sobres repletos de dinero de parte de David León, fue premiado por el Gobierno Federal al entregarle un contrato de 103.5 millones de pesos, para la remodelación del estadio de beisbol del equipo Guacamayas de Chiapas, cuya marca es propiedad de Pío López, equipo en el que jugó de joven el Presidente. También está el caso de otro hermano del Presidente, Ramiro López Obrador, que se benefició al recibir un crédito por 1 millón 771 mil pesos otorgado por la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero.
Y qué decir de las asignaciones de contratos de Pemex a la prima de López Obrador, Felipa Obrador, por un monto de 365 millones de pesos. Otra perla negra la sumó cuando su cuñada Concepción Falcón, involucrada en un presunto desfalco por 223 millones de pesos al municipio de Macuspana, Tabasco, municipio del que es originario el mandatario federal.
Y la austeridad proclamada y demandada por el Presidente se deslava y desdibuja ante la petición que hizo la Oficina de la Presidencia de la República a la Cámara de Diputados, para asignar 32 millones de pesos a la Coordinación de Memoria Histórica y Cultural de México, presidida por Beatriz Gutiérrez Müeller, esposa del Presidente.
¡Qué bonita familia!