Almagro (España), 22 jul (EFE).- El director mexicano Antonio Alcarra, que participa en el Festival Internacional de Teatro Clásico de la localidad española de Almagro con la obra «Los locos de Valencia» de Lope de Vega, sostiene que México, el país invitado en esta edición de esta cita cultural, vive «un neobarroquismo en los valores y en las formas».
En una entrevista concedida a la Agencia Efe, Alcarra afirmó que «algunos valores» del Siglo de Oro siguen muy vigentes en México porque allí «se siente muy cercano el concepto del honor, la dignidad de no ser atropellados por nadie».
Para Alcarra, el propio país mexicano está lleno de «contradicciones y claroscuros», algo que «se puede sentir en la comida de Oaxaca o en las calles antiguas de Ciudad de México», como si en el país tuvieran una «conexión directa» con el barroco.
Alcarra dirige «Los locos de Valencia», de Lope de Vega, que se representa este lunes a las 22:45 en el Palacio de los Oviedo.
El espectáculo, producido por la Compañía Profesional de la Escuela Nacional de arte Teatral y la Compañía Nacional de Teatro de México, es una versión «muy pura» del texto de Lope de Vega con «pequeños cortes en algún parlamento».
Para esta obra de juventud, Lope se inspiró en el Hospital de los Pobres Inocentes, que según las investigaciones de Alcarra fue «un modelo en aquella época, al ser el primer manicomio que intentaba rehabilitar» socialmente a los internos en lugar de «simplemente esconderlos».
Además, «Los locos de Valencia» es, según Alcarra, «la obra más sexual de Lope» por lo que el montaje exigía ser «muy eróticos pero sin ser morbosos» para lo que «ha sido esencial la energía que derrocha el elenco» compuesto de 15 actores y actrices veinteañeros.
Para Alcarra, de 67 años, el montaje supuso «recordar ese primer momento del amor» y de la «calentura de la juventud», recuperando la inocencia de la pasión en un momento en que en México «jugar al erotismo se puede volverse peligroso» por la violencia sexual contra las mujeres.
Para la puesta en escena, Alcarra contó con un «vestuario totalmente atemporal» que «recuerda vagamente a las camisas de fuerza» y en el que blanco es casi un símbolo de ese calor de Valencia que «parece afectar a los personajes».
Para Alcarra, que ya participó en esta edición del Festival con «Crónicas anacrónicas de tres pícaros novohispanos» es muy emocionante que «México esté tan presente en Almagro».