México, 19 ago (EFE).- El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) asumió el control de 11 nuevos territorios pertenecientes a ocho municipios del sureño estado mexicano de Chiapas, confirmó este lunes el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
«Se dio a conocer un comunicado del zapatismo diciendo que van a ampliarse, que van a crear más municipios autónomos: bienvenidos, adelante, porque esto significa trabajar en beneficio de las comunidades y pueblos», expresó el mandatario en conferencia de prensa.
La exguerrilla que se levantó en 1994 para reivindicar los derechos de los indígenas anunció que ha expandido su control a 11 territorios ubicados en los municipios chiapanecos de San Cristóbal de las Casas, Ocosingo, Motozintla, Chicomuselo, Amatenango del Valle, Tila y Chilón.
Cuatro de estos nuevos dominios se organizarán como municipios autónomos autogestionados por los habitantes de sus comunidades, mientras que los otros siete se constituirán como «caracoles zapatistas», es decir, albergarán órganos de gobierno del EZLN.
De esta forma, la organización libertaria suma siete caracoles a los cinco que ya tenía, por un total de 12 caracoles, y cuatro municipios autónomos a los 27 ya existentes, por lo que suman 31.
«Nos presentamos ante ustedes con nuevos Caracoles y más municipios autónomos rebeldes zapatistas en nuevas zonas del sureste mexicano», anunció el subcomandante Moisés en un comunicado titulado «Y rompimos el cerco».
La organización afirmó que ha estado trabajando en esta expansión desde octubre de 2016, cuando acordó «pasar a la ofensiva en la defensa del territorio y de la madre tierra».
Reivindicó que han podido «extender la palabra y la acción de resistencia y rebeldía» a pesar de la persecución sufrida por «el mal gobierno, caciques, empresas extranjeras, criminales y leyes».
«Después de años de trabajo silencioso (…) hemos crecido y nos hemos hecho más fuertes», aseveró el EZLN, quien dice defender «los pueblos originarios», a los cuales considera «los guardianes de la tierra».
Esta campaña de expansión territorial del EZLN ha sido bautizada por la propia organización como «Samir Flores vive», nombre del activista asesinado en febrero que se oponía a la construcción de una termoeléctrica impulsada por el Gobierno.
El EZLN aseguró que «con el nuevo capataz de México – en referencia al presidente Andrés Manuel López Obrador – siguió también la persecución y la muerte» de activistas y miembros de comunidades indígenas.
Y acusó al mandatario de seguir adelante «con los megaproyectos neoliberales que desaparecen pueblos enteros, destruyen la naturaleza, y convierten la sangre de los pueblos originarios en ganancia de los grandes capitales».
Tras la victoria el año pasado del líder izquierdista, el EZLN auguró en una carta abierta que el mandato de López Obrador traería «desilusión» en lugar del cambio profundo que había prometido el político.
Los zapatistas han sido muy críticos con los proyectos de infraestructuras ferroviarias que el presidente quiere impulsar en el sur del país, como el Tren Maya, y que los indígenas creen que provocarán el «despojo» de sus tierras.
El pasado julio, en un mitin, López Obrador pidió al EZLN dejar a un lado sus diferencias: «No nos peleemos, ya basta de divisiones».
El presidente recordó que en 1994 visitó la región tras el levantamiento indigenista del EZLN, ya que estaba interesado por el asunto después de haber trabajado durante seis años con las comunidades indígenas chontales de Tabasco, su estado natal.