Miami, 13 feb (EFE News).- «Motezuma», una ópera de Antonio Vivaldi sobre el encuentro entre el emperador Moctezuma y el conquistador español Hernán Cortes que estuvo perdida más de dos siglos, llega a Miami con artistas mexicanos, estadounidenses y canadienses, para demostrar que la música clásica «no es algo únicamente europeo».
«La original se hizo desde el punto de vista europeo, pero esta es una forma de darle más importancia al lado latinoamericano y azteca», dijo en una entrevista con Efe el director artístico asociado de la obra, Marco Real-D’Arbelles, un miamense con orígenes nicaragüenses y franceses.
La ópera de tres actos «Motezuma», con música de Vivaldi y libreto de Alvise Guiste, se estrenó en 1733 en Venecia.
El libreto se conservó gracias a las copias que se distribuyeron durante la representación, pero la partitura desapareció hasta que fue hallada en el archivo de la Academia de Canto de Berlín por el musicólogo Steffan Voss en 2002.
Sin embargo, estaba incompleta y faltaban ciertas arias.
El director artístico de la Bach Society de Minnesota, Matthias Maute, la completó y le añadió algunos «recitativos», un término operístico para referirse al lenguaje hablado cantado, específicamente para esta producción que se representará en la Universidad Internacional de Florida (FIU).
La historia narra el primer encuentro entre el conquistador español Hernán Cortés, llamado «Fernando» en la obra, y el emperador azteca «Motezuma» (Moctezuma), cuya hija se enamora del hermano de su enemigo.
Antiguamente eran los castrados los que representaban esta obra en la compañía de ópera de Vivaldi.
A diferencia de otras obras del género lírico como La Traviata o Carmen en las que prima más el componente actoral, la ópera barroca tiene la particularidad de que los personajes y el argumento sirven de excusa a los cantantes, a los que se les permite una mayor improvisación durante «la competición».
«Siempre que te llega una partitura que es virgen, que se ha interpretado poco o solo unas partes, tienes más posibilidades porque la gente no se la conoce, y es como si la escuchasen de estreno por lo que permite más licencias artísticas», explica la mezzosoprano española Nerea Berraondo, la excepción en un elenco norteamericano, que hace de «Mitrena», la mujer del emperador.
ELENCO INTERNACIONAL
Además, esta producción cuenta con dos Moctezumas, el actor latino Pedro Juan Fonseca, que hace de narrador, y el barítono mexicano Marduk Serrano López.
Las mexicanas Lisa Rodríguez y Nayelli Acevedo, y los estadounidenses Nelle June Anderson y Nicholas Chalmers completan este elenco internacional que usa la música «como una vía para conectarnos».
«Teniendo en cuenta que este proyecto está usando músicos de Canadá, cantantes de los Estados Unidos y México, lo que intentamos mostrar es un ejemplo de colaboración entre culturas diferentes», explicó D’Arbelles.
La gira, que incluye funciones en cuatro estados de Estados Unidos y en Montreal (Canadá), llega a Miami gracias a la «Bach Society» de Minnesota y la orquesta barroca «Ensemble Caprice», que quieren conmemorar los 500 años del encuentro entre dos mundos representados por Moctezuma y Cortés.
La orquesta de esta poco conocida ópera de Vivaldi es más reducida que una sinfónica y los músicos utilizan instrumentos típicos de este periodo en los que las cuerdas de los violines y violonchelos están hechas de tripa de animal.
CANTANTES Y ATLETAS
«Aquí no hay descanso, tienes que estar siempre practicando, siempre aprendiendo porque al final si no entrenas los músculos no están preparados», dice Berraondo.
La mezzosoprano, que desde los nueve años ya sabía que quería ser cantante de ópera, asegura que la suya es una profesión que requiere sacrificio, pero que merece la pena por «hacer lo que te gusta».
La «Bach Society» está realizando un proyecto en escuelas de Miami para acercar a los alumnos la música del compositor alemán y la música barroca en general, así como los bailes y la historia de la ópera.
«Una de las cosas más importantes que puedes hacer para los artistas es tocar para una audiencia joven. Cuando lo escuchan a una edad temprana verdaderamente tiene el potencial de cambiar sus vidas», dice Real-D’Arbelles, que también fue violinista en la Orquesta de Miami.