El feminismo argentino tomó las calles este 8 de marzo en una multitudinaria manifestación en reclamo por la puesta en debate de derechos adquiridos, como el aborto o la educación sexual, y exigió «derrotar el plan» del Ejecutivo de Javier Milei que «ataca» las condiciones de vida de las mujeres.
Los movimientos feministas de izquierda, que integran los colectivos Ni Una Menos y la campaña nacional por el derecho al aborto, marcharon hasta el Congreso argentino en Buenos Aires reclamando a la Confederación General del Trabajo (CGT) y la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) una huelga nacional.
«La CGT y la CTA deben llamar a un paro y plan de lucha nacional para derrotar todo el plan de Milei, que incluye el ataque a nuestras condiciones de vida. Desde la izquierda es nuestro principal reclamo», indicó a EFE Mercedes de Mendieta, exdiputada porteña y referente de Isadora, espacio feminista de izquierda.
La derogación de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), promulgada en enero de 2021 tras ser sancionada a fines de 2020, es un objetivo de campaña para Milei. De hecho, en varios discursos -como en Davos- ha hecho mención a la «agenda sangrienta» del aborto.
«Milei, basura, vos sos la dictadura», «Marcho para que mi hija no tenga que marchar» o «Nuestros gritos son por todas las que no tienen voz» fueron algunas de las consignas que se escucharon este 8M durante la marcha hacia el Congreso de la Nación, polo emblemático de aquella lucha de los ‘pañuelos verdes’ para lograr la aprobación de la ley y que este 2024 no será iluminado de violeta sino de blanco, por decisión del oficialismo de La Libertad Avanza (ultraderecha).
Motosierra y feminicidios
«Este 8M a la motosierra, resistencia» fue el lema de las organizaciones sociales en protesta contra los recortes en políticas de género y la falta de acción para prevenir la violencia de género, por parte del Gobierno que, entre sus ajustes, eliminó el Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad, creado en 2019, bajo la Administración del peronista Alberto Fernández (2019-2023).
«Nos van a encontrar a todas las feministas y transfeministas en un solo grito de resistencia y de lucha. Hoy está en discusión la ESI (Educación Sexual Integral) y nuestro derecho a decidir con la IVE», dijo a EFE Victoria Aguirre, vocera del movimiento de Mujeres de la Matria Latinoamericana (Mumalá).
El Ejecutivo de Milei prohibió el lenguaje inclusivo y la referencia a perspectivas de género en la Administración porque, argumentó, se utilizaba como «negocio de la política».
«Estos retrocesos hablan de la ignorancia a los acuerdos internacionales a los que hemos adherido como nación. A Milei no le interesa, ni le preocupa el hambre o la inflación. Nos ha señalado como su enemigo, cuando hoy el principal enemigo del pueblo es el hambre y él es su gestor», agregó Aguirre.
El observatorio de Mumalá lleva contabilizados hasta el 28 de febrero 53 feminicidios en el país, es decir, uno cada 27 horas; y denuncia la precarización de programas y políticas destinadas a combatir la violencia.
¿Dejar las calles?
Las secciones feministas de los sindicatos argentinos pusieron el foco contra el decreto de necesidad y urgencia (DNU) 70/2023, que declara la emergencia en casi todas las materias que le competen al Estado, algo que los gremios definieron como «miseria planificada».
Para los gremios, es el movimiento obrero quien garantiza lo que el Estado muchas veces no cumple: salarios, derechos laborales, acceso a la vivienda, atención digna de la salud e incluso esparcimiento.
«Las mujeres y disidencias somos siempre trabajadoras, en nuestras casas o en casa de otras familias. Somos quienes paramos la olla en nuestros hogares y comedores populares que suplen el rol de un Estado en retirada», indicaron en un comunicado.
La idea de que el proyecto de Milei «apunta a aumentar la diferenciación entre hombres y mujeres» la explicó a EFE Mariana Hiesch, profesora universitaria, quien agregó que «quedan un montón de cosas por conquistar y defender».
«Es un momento de salir a decir: ‘las mujeres a la cocina no volvemos nunca más’. Porque la sensación es que, desde el Gobierno, desde este proyecto político, la propuesta es esa, que dejemos las calles, los trabajos, que dejemos de luchar y que dejemos nuestros derechos», aseveró.
Sin Salón de las Mujeres en la Casa Rosada (sede del Gobierno), después de que la secretaria general de Presidencia y hermana del mandatario, Karina Milei, decidiera cambiar su nombre por el de Salón de los Próceres, el feminismo argentino demostró que las calles siguen siendo suyas.