Edimburgo, Reino Unido – Bajo el lema "Elemental" y con la férrea convicción de que no existe un planeta B, el Festival de Ciencia de Edimburgo desveló hoy su programación, que se centra en los retos que presenta la crisis climática, en un año clave para Escocia, en que acogerá la cumbre del clima COP26.
Durante un evento celebrado en el Museo Nacional de Escocia, los organizadores del certamen, que se extenderá del 4 al 9 de abril, destacaron que han tomado como referencia los elementos de la naturaleza (tierra, aire, fuego y agua) para explorar a través de ellos "los desafíos y las oportunidades ambientales globales".
Además, el festival pone el acento en el que sería el quinto elemento, el éter, al que asocia con el mundo digital para destacar el importante papel que puede jugar la tecnología en buscar soluciones que acerquen la ciencia y la cultura a un público más amplio y diverso.
En su trigésima segunda edición, el certamen, que incluirá 250 eventos, habla de la urgencia de frenar la emergencia climática y para ello propone recurrir al pensamiento creativo, la ciencia y la tecnología para tratar de buscar soluciones al crecimiento de población y a la constante actividad humana que permitan un desarrollo sostenible.
La directora del Festival de Ciencia, Amanda Tyndall, afirmó que los desafíos ambientales "nunca han sido tan grandes o complejos", por lo que la sociedad tiene la "responsabilidad con las generaciones futuras" de frenar los efectos del calentamiento global provocado por el alarmante aumento de las temperaturas.
"La crisis climática es el desafío local y global que define nuestra era y será uno de los grandes disruptores del siglo XXI, que cambiará radicalmente la forma en que vivimos, trabajamos y jugamos. Pero con la incertidumbre llega la oportunidad y con la oportunidad, la esperanza… Esta esperanza es el mensaje del Festival de Ciencia 2020", dijo.
A través de charlas, exposiciones interactivas, muestras de fotografía y talleres dedicados al público infantil el festival explorará las diferentes maneras de proteger la biodiversidad en un momento en que la población de la tierra no para de crecer y se vislumbra el agotamiento de los recursos naturales.
Otro de los objetivos es acercar de manera divertida la informática, la inteligencia artificial y las matemáticas a los más jóvenes a través de la Cyber Zone, un espacio en que podrán realizar actividades como programar un automóvil autónomo o crear una historia interactiva que cambie según las decisiones del lector.
La exposición multisensorial "Pale Blue Dot", que se instalará en el Museo Nacional de Escocia, se centra en la biodiversidad y en el papel de los océanos como proveedores de energía, transporte y alimentos, al tiempo que alerta de los peligros a los que se enfrentan debido a la contaminación.
Aprovechando que en 2020 Escocia celebra el Año de las Costas y las Aguas, para el que el Gobierno regional ha organizado una serie de eventos de promoción de su litoral, el festival destacará la relación de los humanos con los océanos y la mejor manera de conservarlos.
El biólogo marino Callum Roberts, que participó en la creación de la serie de la BBC Blue Planet II, presentará el documental "Life on the Reef", que explora cómo los arrecifes se convirtieron en una de las maravillas del mundo oceánico y cómo ahora luchan ahora por sobrevivir amenazados por la contaminación y la explotación turística de sus entornos naturales.
Además, un panel de expertos discutirá los desafíos y los resultados que presentan las exploraciones marinas como "The Five Deeps Expedition", una empresa creada por Victor Vescovo, quien, a bordo de un sumergible construido por él mismo, llegó al punto más profundo de cada uno de los cinco océanos en una serie de expediciones entre 2018 y 2019.
Combatir la emergencia climática es un reto global que cobra especial relevancia para Escocia, que ha fijado la reducción de las emisiones contaminantes a zero para 2045 -cinco años antes que el resto del Reino Unido- y que en noviembre acogerá la cumbre climática de la ONU COP26.
Glasgow será el escenario de estas conversaciones climáticas que se han calificado como las más importantes desde que se logró el Acuerdo de París para frenar el calentamiento global en 2015, y después de que la anterior reunión, celebrada en Madrid el año pasado, fallase en consensuar políticas de gran calado.
Por Remei Calabuig