Washington, 28 jun (EFEUSA).- El secretario interino de Seguridad Nacional en funciones, Kevin McAleenan, afirmó hoy que la llegada de inmigrantes indocumentados bajará en junio hasta un 25 % respecto a las cifras registradas en mayo, cuando más de 144.000 personas llegaron al país.
McAleenan atribuyó ese descenso al reciente acuerdo con el Gobierno mexicano, que forzará a quienes solicitan asilo a esperar en el país vecino hasta que se resuelvan sus casos.
«Esas iniciativas están teniendo un impacto y, ahora, anticipamos una reducción significativa de los cruces en la frontera para junio, de hasta un 25 %, en comparación con los niveles récord de mayo», dijo McAleenan en una rueda de prensa en Washington.
Teniendo en cuenta la estimación de McAleenan, el número de inmigrantes detenidos en la frontera con México podría ser de unos 108.200 este mes.
A principios de junio y tras una semana de intensas negociaciones en Washington, el país y México alcanzaron un acuerdo migratorio que hizo que el presidente, Donald Trump, accediera a suspender unos aranceles que quería imponer a las importaciones mexicanas, como castigo por el flujo de migrantes.
Ese pacto incluye un acuerdo para que el país expanda su programa «Permanezcan en México», también conocido como Protocolo de Protección de Migrantes (PPM).
Esa iniciativa -por la que el país devuelve a México a los solicitantes de asilo que llegan a su frontera mientras se tramitan sus peticiones- empezó a aplicarse este año en un solo punto de entrada, en San Diego (California), y a partir de marzo se amplió a otros dos, en Calexico (California) y El Paso (Texas).
El arreglo implica que se expandirá la implementación de ese programa a lo largo de toda la frontera.
Al respecto, McAleenan detalló que su Gobierno está haciendo «planes» con México para que «en las próximas semanas» se aplique esa iniciativa en diferentes ciudades fronterizas.
Es la primera vez que las autoridades migratorias dan detalles sobre los plazos para expandir el programa.
Algunos activistas están preocupados por la posibilidad de que llegue a la zona oriental de la frontera y obligue a algunos inmigrantes a esperar en Tamaulipas, considerado uno de los estados más peligrosos de México.