Yuba, 28 abr (EFE).- Desde que escucharon de la aparición del primer infectado por coronavirus, un grupo de 15 artistas visuales de Sudán del Sur decidió aportar su pequeño grano de arena armándose con pinceles, pinturas y botes de espray para luchar contra la pandemia.
Tienen entre 25 y 30 años y son graduados en Bellas Artes en la Universidad de Yuba. Allí se juntaron para hablar sobre lo que podían hacer y decidieron coger material para pintar y dirigirse a la zona montañosa de Yebel Dinka, en el oeste de la capital.
Así ha nacido «¡Coronavirus es una enfermedad real, cuídate!», expresión artística y serie gráfica en formato grafiti con mensajes para concienciar en las paredes de las calles por las que pasa todo el mundo cada día.
El resultado: un prospecto contra la enfermedad en formato visual ante el que todo el mundo se para.
EDUCAR A QUIEN NO PUEDE LEER
Akot Deng, de 26 años, es el director de esta iniciativa, que tiene presente que Sudán del Sur es un país con «poco interés por la lectura» y una alta tasa de analfabetos.
Ante eso, buscaron su propia solución «para contribuir a crear conciencia sobre el coronavirus y cómo prevenirlo usando pinturas de grafiti en las paredes», explica a Efe Deng.
«Elegimos la imagen como manera de informar a las personas sobre como prevenir esta peligrosa enfermedad», señala el artista mientras termina en una pared el retrato de una chica con una mascarilla médica en la cara.
El dibujo tiene un grifo y a su lado la imagen de una persona que se lava las manos con agua, una expresión que para Deng es parte de su arte pero también de su deber «con la patria».
Son 15 artistas de diferentes partes del país, algunos están interesados en el grafiti y otros en ilustraciones que en los próximos días dibujarán e imprimirán para distribuirlas en lugares de reunión en Yuba, como mercados y tiendas comerciales.
El decano de la Facultad de Bellas Artes y Música de la Universidad de Yuba, Jastin Billy, cree que la salida de los artistas de las galerías a las calles es un «grito frente a la crisis y la muerte» y también un grito para crear conciencia.
UN IMPACTO INMEDIATO
El autobús se detiene en el bario de Yebel Dinka y su conductor, Simon Majok, no puede evitar bajar del vehículo con curiosidad para ver qué hace un grupo de jóvenes pintando en una pared.
Se queda mirando las escenas retratadas, dibujos simples con mensajes directos sobre la importancia de quedarse en casa, de usar la mascarilla y lavarse las manos con jabón; son imágenes pintadas en paredes y vallas levantadas con placas de zinc.
«Ahora me ha quedado claro que el coronavirus no se contagia si usas las mascarillas, te lavas las manos con jabón constantemente», dice a Efe este chófer de 25 años mientras apunta con el dedo a los dibujos.
«Voy a aplicar todo esto y también informaré a los pasajeros sobre estos mensajes cada día que pase por esta calle, además, se lo diré a todos los miembros de mi familia para que vengan a este lugar que se ha convertido en una zona bonita gracias a esos colores y grafitis», agrega.
El grafitero Sulaiman Ahmed Marjan juega, se ríe y responde las preguntas de un grupo de niños delante de una imagen que acaba de terminar, en la que se ve una mascarilla médica azul con un gran letrero: «Stop the coronavirus» (Detén el coronavirus).
«El grafiti ayuda a transmitir el mensaje de manera muy directa, los niños y mayores se paran frente a las pinturas y las contemplan y hablan de lavarse las manos, usar las mascarillas y quedarse en casa», dice a Efe este joven de 28 años que participa en el proyecto.
Frente a la expansión de la enfermedad está el contagio del entusiasmo.
«Este lugar se ha convertido en un centro de atracción e interés en Yebel Dinka, la persona que pasa se va a su casa para comentárselo a su familia y les acompañará después para que vean estos mensajes artísticos», afirma.
Atem Mabior