Washington.- El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, culminó este miércoles su visita a la Casa Blanca con una cena hospedada por su homólogo, Donald Trump, que consistió en una ensalada de tomates, filete de róbalo y galletas de mantequilla.
La cena en honor a López Obrador empezó con una ensalada de tomates veraniegos con una emulsión de ajo negro, queso comté y crocante de pan rústico, seguido por un filete de róbalo acompañado por papas con azafrán, puré de chirivía, zanahorias y un alioli de cítricos.
De postre, la Casa Blanca sirvió galletas de mantequilla y azúcar con una crema de limón y merengue tostado.
«Fallaron los pronósticos: no nos peleamos, somos amigos y vamos a seguir siendo amigos», afirmó López Obrador antes de cenar en la Casa Blanca con Trump.
«Vengo a esta cena, a la que me ha invitado mi amigo, el presidente Donald Trump, acompañado de empresarios» mexicanos, subrayó el mandatario.
Además de Trump, López Obrador y sus respectivas comitivas, a la cena también asistieron una docena de empresarios mexicanos, entre ellos Carlos Slim y Ricardo Salinas Pliego.
Las reuniones en la Casa Blanca fueron por la tarde, por lo que el mandatario mexicano almorzó en la Embajada de México en Washington, donde también ha pernoctado durante las dos noches que ha pasado en la capital estadounidense.
Según explicó la embajadora mexicana en Estados Unidos, Martha Bárcena, el almuerzo consistió en cochinita pibil y ropa vieja acompañados de arroz, guacamole, fríjoles y calabacitas a la mexicana.
López Obrador visitó este miércoles a Trump en la Casa Blanca en el que es su primer viaje al extranjero desde que llegó al poder hace ya año y medio.
El encuentro estuvo marcado por la celebración de la entrada en vigor del tratado comercial T-MEC entre Canadá, México y EE.UU. y ambos líderes evitaron hablar del muro fronterizo y la inmigración, los dos temas más espinosos entre los dos países.