Guadalajara (México), 17 jul (EFE).- El bailarín mexicano Isaac Hernández compartió este jueves su experiencia en una clase pública con niños y adolescentes en el marco del festival «Despertares Impulsa» que se celebra en Guadalajara hasta el 20 de julio.
A la clase de Hernández asistieron 68 estudiantes de varias academias de México que realizaron movimientos de danza y montaron una sencilla coreografía junto al reconocido bailarín en el escenario del Conjunto de Artes Escénicas de Guadalajara, estado mexicano de Jalisco.
Con paciencia y buen humor, Hernández explicó los movimientos, corrigió los errores y dio consejos a los bailarines a mejorar su técnica y sus posturas.
Hernández, premio «Benois de la danse» 2018 como mejor bailarín del mundo, alentó a los jóvenes a continuar en esta disciplina, pese a todos los obstáculos.
«Son horas de ensayo y el cuerpo duele verdaderamente, pero es un privilegio hacer esto, desarrollar el cuerpo, utilizar nuestra herramienta más extraordinaria, escogimos llevarlos al límite y probar qué tan lejos podemos llegar físicamente a través del ballet y es algo muy emocionante», dijo el bailarín.
«Despertares Impulsa» es una plataforma impulsada por Hernández, que busca fomentar el gusto por la danza mediante conferencias, clases magistrales y talleres con expertos, además de una gala con la participación de bailarines de las compañías más reconocidas de todo el mundo.
Hernández, nació el 30 de abril de 1990 en Guadalajara, comenzó a dar sus primeros pasos de baile con nueve años en el patio de su casa, y a los doce ya era una figura reconocida en el mundo de la danza en su país.
Actualmente bailarín principal del English National Ballet, el mexicano es reconocido como uno de los máximos exponentes del ballet de su país y cuenta con un amplio respeto a nivel internacional.
En noviembre de 2017, Hernández fue reconocido como el mejor bailarín masculino del Premio Nacional de Danza de Reino Unido.
El premio «Benois de la danse» 2018 le fue otorgado por la versión de Don Quijote en la que fue dirigido por Mikhail Baryshnikov que se presentó en la ópera de Roma.