Se ve venir el mayor escándalo del sexenio, y de comprobarse las irregularidades que habría cometido el gobernador del Estado, esto podría significar su declive absoluto, a menos de un año de dejar el poder.
De manera sorpresiva y contra toda lógica y legalidad, se declaró desierta la licitación de Ciudad Justicia y la faraónica obra, como todas las que acostumbra el hombre en el poder, sería asignada de manera directa, lo que se perfila como toda una estafa.
Todo suena mal en la construcción de Ciudad Justicia, obra que nadie ve imprescindible porque actualmente se cuenta con edificios que albergan al Poder Judicial y que son operables al 100 por ciento, así que todo lo que implica la susodicha edificación, además de que es innecesaria, es excesivamente costosa.
Inevitablemente surgen las preguntas: ¿de quién son los terrenos donde se pretende construir esta obra?, ¿quién la realizará?, ¿a qué costo?, muchas hipótesis se podrán desprender de las respuestas, que por supuesto no se conocerán, no por lo menos en lo que resta de la actual administración.
Ésta es una danza de muchísimo dinero, pues la inversión en el proyecto de la nueva sede del Poder Judicial va en torno a los 1,500 millones de pesos, e inevitablemente surgen más cuestionamientos: ¿por qué en tiempos de pandemia se realizan obras tan costosas e innecesarias?, ¿por qué un nuevo lienzo charro?, ¿por qué aferrarse al libramiento carretero?; ¿no se ven las actuales necesidades de la población?, ¿por qué no invertir en medicamentos?, ¿por qué no construir, remodelar o mejorar las instalaciones médicas en todo el Estado?, ¿por qué más puentes en lugar de obras de beneficio común?…
Además, para hacer una red de corrupción como la que se perfila, se necesitan, por llamarlo sin eufemismos, cómplices, pues muchas manos estarían involucradas en este “enjuague”, pero así como hay responsables o favorecidos, también hay damnificados, como es el caso, y la primera cabeza en rodar fue la del titular de Obras Públicas, al que no recibieron en Palacio porque el mandatario tenía cosas más importantes por hacer, como ver un juego de beisbol.
Otros de los afectados y que serían los que pusieron el dedo en la llaga, son los constructores y representantes de 22 empresas y siete consorcios locales y nacionales que participaban en la frustrada licitación, y que coinciden en que allí hay mano negra.
En esta administración nadie parece seguir las reglas, lo que es un desafío, pues no olvidemos que varios ex-gobernadores actualmente rinden cuentas ante la justicia, pues ésta fue una promesa de campaña del presidente Andrés Manuel López Obrador, que a tiros y tirones se está cumpliendo.
Muchas lecturas se pueden dar en el marco de esta ilegalidad, que de ser consumada, sería el Waterloo del hombre que detenta el poder desde el Palacio de Gobierno, quien olvida que ni el puesto ni el fuero son para siempre.